Para muchas personas, comer es un placer, pero cocinar también. De hecho, hay mucha gente que disfruta del placer de la cocina, pero que luego se aburren comiendo. De igual forma que es posible cocinar con menos grasa y que buena parte de tu salud pasa por lo que compras en el supermercado, frecuentemente se infravalora el papel que cumple la cocina en el aprovechamiento de los nutrientes.

Es una realidad que cocinar los alimentos mejora la digestión y aumenta la absorción de muchos nutrientes. Por ejemplo, la proteína de los huevos cocidos es un 180% más digerible que la de los huevos crudos. Sin embargo, algunos métodos de cocción reducen varios nutrientes clave. Tanto las vitaminas como los minerales.

Cocinar a la plancha

La plancha es uno de los métodos de cocción más populares debido al gran sabor que le da a los alimentos. Sin embargo, hasta el 40% de las vitaminas B y los minerales se pueden perder cuando gotea la carne al fuego. También preocupan los hidrocarburos aromáticos policíclicos, que son sustancias potencialmente cancerígenas que se forman cuando la carne se hace a la plancha o parrilla y la grasa gotea sobre una superficie caliente. Sin embargo, los investigadores han descubierto que estos hidrocarburos pueden reducirse hasta en un 90% si se eliminan los goteos y se minimiza el humo.

El microondas, mucho mejor de lo que se cree

El microondas es un método de cocción fácil, conveniente y seguro. Los tiempos de cocción cortos y la exposición reducida al calor conservan los nutrientes de los alimentos cocinados en este aparato de primera necesidad. De hecho, los estudios han encontrado que el microondas es el mejor método para retener la actividad antioxidante de alimentos como el ajo o los champiñones. Alrededor del 20-30% de la vitamina C de las verduras se pierde durante su estancia microondas, pero eso es menos que la mayoría de los métodos de cocción.

El horno

La mayoría de las pérdidas de vitaminas son mínimas con este método de cocinar alimentos, incluida la vitamina C. Sin embargo, debido a los largos tiempos de cocción a altas temperaturas, pueden disminuir hasta un 40% las vitaminas B de la carne cocinada en su interior.

Los matices de freír

Freír implica cocinar alimentos en una gran cantidad de grasa, generalmente aceite, a alta temperatura. Es una forma popular de preparar alimentos porque la piel o su exterior mantienen una especie de revestimiento, lo que garantiza que el interior permanezca jugoso y se cocine de manera uniforme. La grasa utilizada para freír también hace que la comida sepa muy bien.

Sin embargo, no todos los alimentos son adecuados para freír. Los pescados grasos son la mejor fuente de ácidos grasos omega-3, que tienen muchos beneficios para la salud. Sin embargo, estas grasas son muy delicadas y propensas a dañarse a altas temperaturas. Por ejemplo, se ha demostrado que freír atún degrada su contenido de omega-3 hasta en un 85%, mientras que hornear solo provoca pérdidas mínimas.

Por el contrario, freír conserva la vitamina C y las vitaminas B, y también puede aumentar la cantidad de fibra en las patatas al convertir su almidón en almidón resistente. Si vas a freír comida, no la cocines demasiado y usa los aceites más saludables.

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