‘Slow’ significa lento o despacio y hace varios años que da nombre a un modo de vida. Se trata de vivir con calma y aprender a disfrutar de cada momento. Se puede aplicar a prácticamente cualquier ámbito, desde la maternidad hasta la moda e incluso el entrenamiento. Como no podía ser menos, la tendencia también ha llegado a la decoración. Y es que, si hay un lugar que debería transmitir paz, ese es nuestro propio hogar.

El ‘slow design’ o ‘slow deco’ consiste en crear espacios en los que el bienestar sea la prioridad. Esto nos ayudará a vivir de forma más calmada. Si es lo que estás buscando, sigue leyendo porque hoy te traemos las principales claves para aplicar este estilo en tu casa.

La primera es elegir los colores adecuados. Deberían predominar los tonos neutros (blanco, beige, gris…), ya que aportan más tranquilidad. Es importante combinarlos con una decoración que tienda al minimalismo, evitando las estancias recargadas. Cuantos menos objetos haya, será más fácil mantener un orden que transmita paz.

Apuesta por el concepto abierto. De esta forma, el paso de una estancia a otra resultará menos brusco. Además, ayudará a que los miembros de la familia compartan el espacio. Puedes potenciar este efecto creando zonas comunes que resulten confortables.

La ‘slow deco’ nos invita a tomar conciencia del entorno. La transición entre interior y exterior es muy importante, por lo que hay que prestar atención a las puertas y ventanas. Esto también es fundamental para aportar luz, que es otra de las claves de este estilo. Hace que los espacios parezcan más amplios. Además, una estancia luminosa invita a pasar más tiempo en ella.

Para terminar, hablemos de
los materiales. Para los muebles, la mejor opción es la madera, ya que aporta mucha calidez a la habitación. No obstante, las fibras naturales son una buena alternativa. En cuanto a los textiles, deberías escogerlos de materiales orgánicos. No importa si se trata de básicos como la ropa de cama o de elementos decorativos como los cojines.

Te recomendamos