Cuando la gravedad de los síntomas de coronavirus obligan a la internación o a la derivación en terapia intensiva, se profundiza el impacto de la separación del paciente respecto de sus seres queridos y el equipo de salud es en el único nexo entre la persona y su familia.

En Córdoba, la Red Provincial de Comités Hospitalarios de Bioética terminó de diseñar este miércoles las “pautas para el acompañamiento de pacientes en situación de últimos días (SUD) y pacientes con condiciones especiales en contexto de pandemia”. 

El texto, que recoge estrategias que dieron buenos resultados a nivel internacional y los adapta a la realidad provincial asegura que “no deberíamos permitir que ninguna persona muera sola”. Y establece que la atención de estos pacientes, siempre que sea posible, debe permitir el acompañamiento de un familiar, cuidador o allegado. Así como asistencia psicológica y acompañamiento espiritual. 

El ministro de Salud, Diego Cardozo, comentó que el tema de las visitas a pacientes en grave estado es algo en lo que trabajan desde la cartera de Salud: «Conformamos un Comité de Bioética para analizar las situaciones de pacientes terminales y contactos con familiares en los centros de salud». Además señaló que a Córdoba ingresan un promedio de 20 personas por día «con fines humanitarios».

Por su parte, el gobierno de la provincia de Buenos Aires ya aprobó un documento con recomendaciones para los equipos de salud sobre el acompañamiento a personas internadas con coronavirus y sus familiares donde se propone una serie de herramientas para equipos médicos «enfatizando la importancia de la función de acompañamiento por parte del Estado».

El documento destaca la necesidad de humanizar y contemplar la dimensión subjetiva y singular donde están en juego la salud y la vida y pretende contribuir a que los equipos sanitarios apoyen a quienes atraviesan situaciones de profundo dolor y respetar las medidas de cuidado.