Aunque su origen está en el País Vasco, las gildas se han convertido en un clásico de la capital española. Este pequeño pincho, compuesto por guindilla, aceituna y anchoa, recibe su nombre en homenaje a Rita Hayworth, protagonista de la película Gilda (1946), por la intensidad y «picardía» de sus sabores.
La combinación de lo picante, salado y ácido hizo que rápidamente los bares de Madrid lo adoptaran como tapa perfecta para acompañar cañas y vermuts. Y tal es su auge en los últimos años, que esta seña de identidad de la capital ha sido trasladada al mundo de la moda.
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El éxito de la gilda radica en ser un bocado rápido, sabroso y visualmente atractivo, ideal para el tapeo madrileño. Hoy, aunque su origen sea vasco, nadie duda de que las gildas son un símbolo del tapeo en Madrid, representando la fusión de tradición y modernidad que caracteriza a la gastronomía de la capital.
Se puede disfrutar de esta tapa en el Ultramarines del Coso, con vermut bien servido y una gilda ahumada. O si te apetece disfrutar de una de las mejores terrazadas de la capital, no te pierdas la propuesta del BLESS Hotel Madrid que eleva el aperitivo castizo a una nueva dimensión: Las Gildas by Martini en Picos Pardos Sky Lounge con una gilda artesanal elaborada al momento y maridada con un vermut.
Pero hay más. Esta es una comida (y una tendencia) que muchos aman y que también puedes probar en forma de ropa. Sí, son varias las marcas que han incluido en sus colecciones prendas que llevan como dibujo esta tapa que tantísimo gusta. Ficha algunas de ellas, te van a enamorar.
Las camisetas de gilda más bonitas
Nude Project. Blanca, de manga corta y con el dibuji efecto pintura (49 euros).
Scalpers. En la sección de rebajas confeccionada en 100% Algodón Orgánico con una gilda en la parte delantera y una carta de vermut en la trasera (26,90 euros.
Pull&Bear. La firma de Inditex tiene este tank top, es decir, una camiseta ajustada, cropped y sin mangas con una gilda en el pecho (9,99 euros).
El Santo. En esta marca de Barcelona proponen esta camiseta hecha «para los que saben que lo bueno siempre se sirve en pequeñas dosis y con hielo a rabiar» (45 euros).
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