Iyengar es una forma de hatha yoga que se centra en la alineación adecuada y la técnica precisa. Son movimientos más lentos donde prima la calidad sobre la cantidad. El yoga Iyengar combina asanas (posturas) y pranayama (respiración) para desarrollar fuerza, resistencia y flexibilidad. Lo amarás.

Fundada por B.K.S. Iyengar en la década de 1960, esta modalidad de yoga trabaja para fortalecer la conexión entre el cuerpo y la mente. «El yoga nos enseña a curar lo que no es necesario soportar y a soportar lo que no se puede curar», dijo una vez Iyengar. Él creía que un cuerpo equilibrado conducía a una mente equilibrada, de ahí la combinación única de meditación y movimiento del yoga Iyengar.

Los beneficios físicos del yoga Iyengar

Hay muchas razones por las que las personas eligen practicar yoga Iyengar, incluidos sus muchos beneficios para la salud física, mental y psicológica. El primero es que construye fuerza porque mantener cada postura durante más tiempo (a menudo más de un minuto) fortalece y tonifica los músculos. Las posturas de pie, en particular, como la del árbol o el guerrero 2, pueden ayudar a aumentar la fuerza de la parte inferior del cuerpo y del torso.

Por otra parte, el yoga es conocido por mejorar la flexibilidad y el Iyengar no es una excepción. Un estudio encontró que después de solo seis semanas de practicar esta modalidad de yoga, los participantes experimentaron un aumento significativo en la flexibilidad de la columna vertebral y los isquiotibiales.

Y todavía hay más: con su fuerte enfoque en la alineación, una práctica regular de yoga Iyengar puede ayudarte a desarrollar una mejor postura. Se centra en corregir las áreas más débiles o rígidas de tu cuerpo, especialmente en el cuello y la espalda, por lo que notarás cómo «creces» y te estiras hacia el cielo.

Esta técnica de yoga corrige la postura y mejora el bienestar físico y mental/UNSPLASH

Una gran cantidad de dolor crónico es causado por una alineación incorrecta, ya sea encorvándote o venciéndote hacia abajo. Iyengar realinea su cuerpo (especialmente en el cuello, la espalda y la columna vertebral), lo que según las investigaciones puede contribuir a reducir drásticamente los dolores y molestias.

Mientras, el yoga Iyengar aumenta la producción de una sustancia química que estimula el estado de ánimo llamada ácido gamma-aminobutírico en el cerebro, según descubrió un trabajo reciente. Los participantes en el estudio remitieron así niveles más bajos de ansiedad y un mejor bienestar general después de tres meses de practicar yoga Iyengar.

Cómo practicar yoga Iyengar

Para desarrollar este estilo de yoga en casa, primero deberás crear una secuencia utilizando las más de 200 posturas diferentes y las 14 técnicas de respiración que existen en iyengar. Si bien puedes mezclar y combinar las posturas que elijas, esta modalidad generalmente comienza con un calentamiento meditativo, seguido de posturas de pie para terminar con posturas restauradoras.

Muchas clases de iyengar también tienen una «
postura máxima« que dicta qué asanas eliges practicar antes de llegar a ella. Por ejemplo, si la postura máxima es la pose del águila, tu secuencia puede incluir más poses de equilibrio con una sola pierna para preparar tu cuerpo, mientras que si tu postura máxima es la de la paloma real, querrás incluir más asanas de cadera y flexiones hacia atrás.

El yoga Iyengar es para cualquier persona, sea cual sea su edad/UNSPLASH

A diferencia de los estilos de yoga vinyasa, en Iyengar mantendrás las posturas durante un período prolongado de tiempo. Esto te da la
oportunidad de alinearte correctamente y luego profundizar en cada pose. Es una forma de depurar hasta la perfección tu práctica habitual de yoga. Si nunca antes has hecho yoga Iyengar, merece la pena apuntarse a una clase primero.

Debido a que se fundó en la creencia de que el yoga debe ser para todos, el yoga Iyengar es excelente para cualquier persona de cualquier edad o nivel de habilidad. Además, de todos los diferentes estilos, Iyengar es el más ideal para quienes les gusta la variedad en su práctica, ya que cada clase es diferente, a diferencia de Bikram o Ashtanga, por ejemplo, que tienen secuencias establecidas.