Desde hace seis años que los calendarios se cruzan. No coinciden. México, habitual competidor y también animador de las Copas que organiza Conmebol, las mira bien desde lejos, cada vez más al norte. Es que entre los torneos locales y la Concachampions, no pueden jugar la Libertadores ni la Sudamericana desde 2016.

Las últimas declaraciones del Guillermo Ochoa, el histórico arquero del América que confesó que es necesario competir contra los sudamericanos, reabrieron un debate que en realidad nunca terminó de morir. Y que repercute no solo en lo deportivo para los clubes aztecas sino también a niveles económicos.

En 2001, Cruz Azul estuvo a pocos penales de ser campeón en la Bombonera. AP.

En 2001, Cruz Azul estuvo a pocos penales de ser campeón en la Bombonera. AP.

NÚMEROS QUE NO CIERRAN

Desde distintos sectores siempre se pide por el regreso de los equipos mexicanos, aunque tanto la dirigencia azteca como desde la Concacaf casi que cierran las puertas. Es que los fixtures y compromisos de distintos tipos parecen incompatibles con viajar a este rincón del continente casi semana a semana.

Pero lo que no convence tampoco a algunos clubes mexicanos y a sus protagonistas es que no solo se pierde desde lo futbolístico sino que también desde el punto de vista económico. Es que la Concachampions, a pesar de que muchos creen, no reparte buenos dividendos: se trata de la peor competencia continental en ese sentido.

El ganador del torneo, en el que compiten equipos de México y de Estados Unidos, además del resto de los países de la Concacaf, se lleva apenas 500 mil dólares. Una cifra que para el fútbol de hoy no es representativa y que para los norteamericanos, acostumbrados a desembolsar grandes sumas para traer estrellas, no les cambia la ecuación.

El mejor resultado de los mexicanos en la Copa fue subcampeoón. AFP.

El mejor resultado de los mexicanos en la Copa fue subcampeoón. AFP.

Para tomar dimensión: en estos seis años y con cambio de presidente, la Conmebol pasó de entregar 450 mil dólares a los que clasificaban a fase de grupos a darle tres millones. Es decir que cualquiera de los 32 equipos que llegue a esa instancia se asegura ganar seis veces más que el mejor de los de Centro y Norte América.

La cifra va creciendo de acuerdo a cada fase pero el campeón, solo por ganar la final, se lleva 16 millones de dólares. Ojo, la Sudamericana está muy por encima de la Concachampions: por estar en los grupos se embolsan 900 mil dólares y el campeón puede acumular hasta casi ocho millones.

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