A la boloñesa o a la carbonara, la pasta es uno de nuestros platos favoritos y a la hora de trasladarla a nuestros menús no nos gusta complicarnos la vida. Pero cuando se trata de salir de casa y apostar de un buen restaurante algunos disfrutamos saliéndonos de la rutina culinaria, descubriendo platos que nos conquistan por su calidad y su cantidad. Así que si te chifla la pasta y amas la
gastronomía italiana, no te pierdas estos tres restaurantes que puedes disfrutar en Madrid. Tenemos para todos los paladares y bolsillos.

A estas alturas la gastronomía italiana se ha convertido en una parte más de la nuestra, porque el Mediterráneo une mucho y el aceite de oliva también, y en cualquier ciudad es posible encontrar un representante de esta deliciosa cocina. Pero no todos los restaurantes italianos son iguales.

La mejor prueba de esta máxima la hemos encontrado en el barrio de Chamberí, una zona en la que desde hace unos años se está formando una especie de Little Italy cañí. Entre las mejores propuestas de gastronomía del otro lado del Mediterráneo se encuentra La Tavernetta del Pirata, una cocina familiar y llena de cariño, que apuesta por la calidad de sus ingredientes y llega desde la Isla de Ischia. Allí se encuentra el restaurante de la nonna Rosalba cuyas recetas se ha encargado de trasladar al corazón de Madrid su nieta, Babi Poerio.

En su carta podemos encontrar una gran variedad de platos en los que el mar y la pasta al dente son las estrellas. Para comenzar, unos deliciosos entrantes para compartir en los que las verduras también tienen su merecido protagonismo. En el apartado de pastas, para dos personas, podemos decantarnos por unos deliciosos linguine allo scoglio, con almejas, mejillones y cigalas, unos paccheri con calamares o unos vermicelli con bogavante.

Pero también están los bucattoni con pasas y piñones o la especialidad de la casa, con salsa de tomate datterini y albahaca. Carpaccio de pescado del día o de pulpo, tartar de gambas o salmón fresco marinado al limón con calabacín son algunas de los platos que componen el apartado de frescos, y que podemos combinar a la perfección con propuestas como el pez espada, las almejas o los gambones.

Y como no podemos terminar sin un dulce las propuestas son igual de irresistibles, desde el Orgasmo con helado, nueces y Nutella, la especialidad de la casa, a las tartas de chocolate o de crema pastelera de limón y fresas. Una deliciosa forma de acercarnos a una vertiente de la gastronomía italiana desconocida, que además viene acompañada de una preciosa vajilla artesanal de cerámica que podemos llevarnos a casa, al igual que el meloncello, el limoncello y el aceite que ellos mismos hacen.

Los spaguetti a la carbonara y el delicioso tiramisú que podemos disfrutar en el renovado Café Barbieri.

En Lavapiés también hemos encontrado una buena representación de la importancia que tiene la gastronomía italiana en la restauración madrileña. Porque en el mismo año en el que celebra su 120 aniversario el mítico Café Barbieri ha reabierto sus puertas renovando su oferta gastronómica y apostando por la cocina italiana, los cócteles de autor y un ambiente que apetece vivir. Su característica sala principal, con sus amplios ventanales, mesas de mármol y madera y sus inconfundibles sofás de terciopelo rojo se han renovado manteniendo el encanto original, pero con elementos actuales, como la iluminación de la que se ha encargado el Estudio Mayice.

Al frente de este nueva etapa se encuentra el empresario Paul Torriglia de Altolaguirre, cuyo origen genovés ha jugado un papel importante a la hora de renovar su propuesta culinaria, en la que se apuesta por recetas tradicionales elaboradas con ingredientes de máxima calidad llegadas desde Italia. Como la espectacular y cremosa burrata o la mozzarella que acompaña todas sus pizzas.

Precisamente este apartado de la carta resultará especialmente irresistible para los amantes de las pizzas, ya que están elaboradas con masa de levadura madre natural y harina orgánica semintegral que ha descansado 60 horas y ha sido molida a piedra. Da igual con que lo acompañes, si con jamón y crema de trufa, con spianata picante o con verduras de temporada, su pizza es un must a la hora de disfrutar de una agradable comida o cena.

Y las pastas no lo son menos, la verdad. En su carta encontramos dos propuestas rellenas, los tortellini de calabaza con su salsa homónima y crema de trufa o los raviolis de rabo de toro, y diez clásicas. Entre estas últimas, recetas infalibles como la carbonara, la putanesca o la amatriciana tan deliciosos que te harán olvidarte de todos los anteriores. Y tampoco faltan los gnocchi 4 quesos o la lasaña de ragú, equilibrada e irresistible. Aunque todo resulte delicioso tenemos que dejar un hueco para el postre. Porque tanto su mini cannolo siciliano de pistachio como su adictivo tiramisú son dos desenlaces dulces perfectos para un festín gastronómico de esos que desearás repetir.

El local de Gran Vía, los tortellone y los gnocchis tartufato de Ôven Mozzarella. / ÔVEN MOZZARELLA

Para aquellos que busquen una carta en la que cualquiera pueda encontrar su plato predilecto y un lugar al que llevar los encuentros con familiares y amigos Ôven Mozzarella es lo que busca. Con seis locales en Madrid y uno en Murcia, esta firma que lleva en la capital ocho años se ha ganado un lugar en el corazón de los amantes de la gastronomía italiana gracias a su extensa carta y su capacidad para innovar cada temporada. En esta ocasión entre los platos recién incorporados a su oferta encontramos los tortellone de sobrasada, queso scamorza y salsa de tomate dulce, el fagottino basilico con salsa de 4 quesos y los gnocchis tartufatos con jamón ibérico y huevo poché, o lo que es lo mismo, una reinvención italianizada de los huevos rotos con jamón de toda la vida.

Con un apartado específico dedicado a las mozzarellas y burratas, que llegan de Italia, sus pizzas (hasta trece), están elaboradas con masa madre y tres tipos de harinas italianas que fermentan durante 48 horas. También cuentan con un par de platos de carne, solomillo y pollo, y un risotto, para los que quieran salirse de lo establecido. La variedad también se traslada al cierre de la velada, ya que en el apartado de postres cuentan con 10 creaciones diferentes que van desde clásicos como la panna cotta o el tiramisú, a los helados artesanos, la mousse de crema de chocolate y avellanas o la tarta cremosa de queso que reproduce la receta de Albert Adriá.

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