Andrés D’Alessandro vivió una jornada brillante en su despedida como futbolista profesional. El argentino, tras una asistencia de su compatriota Fabricio Bustos, marcó el 1 a 1 del Inter de Porto Alegre ante Fortaleza en el estadio Beira Río, por la segunda fecha del Brasileirao. Esto generó una tremenda alegría en la torcida, que ya cantaba en cada toque del balón del Cabezón.
El gol fue sobre el final del primer tiempo y provocó que todos sus compañeros lo siguieran para abrazarlo, hasta lo alzaran. Después, volvieron a felicitarlo rumbo al vestuario en el match que había sido presentado como La Última Boba.
El ex River y San Lorenzo, que se va con 528 partidos y 97 goles en sus tres etapas en el Colorado, declaró antes de irse al vestuario en el entretiempo: «Esto es increíble. Es un momento que necesitaba fuerza y apareció. Hoy en un día de alegría y tristeza. Como ese primer día que me hice profesional, hoy recibí la oportunidad de jugar y lo que pasó después lo guardaré por el resto de mi vida. Mi mamá, papá y mis amigos están aquí. Y la gente se lo merece. Todo lo que hicimos para que la hinchada se quede. Es duro e inexplicable. No me explico la devolución que nos da el fútbol. Nos da mucho más de lo que le damos al fútbol. Voy a extrañar mucho al fútbol».
Mirá el gol
Sus declaraciones tras el gol
Andrés, de 41 años recién cumplidos, salió a jugar el segundo tiempo, lo amonestaron por protestar un penal para Fortaleza. Después, Pikachu tiró su remate al travesaño para los de Vojvoda.
El DT Bruno Méndez lo sacó a los 25 minutos, para darle ingreso a Boschilia. Entonces, compañeros, el árbitro y los rivales lo fueron a saludar en su salida, mientras que la torcida en el estadio no paraba de aplaudir por el ídolo.
Andrés no pudo evitar las lágrimas hacia el banco. Después, sus compañeros le dieron otra alegría: ganaron el partido con el 2 a 1 de Alemao cerca del final del partido.
Luego, todos se unieron para elevar a Andrés en andas. Entraron sus familiares, lo abrazaron y juntos recorrieron la cancha. Desde allí vieron una imagen del Cabezón en la pantalla gigante del Beira Río.
D’Ale con la multitud
Entonces, le dieron un micrófono para que les hablara a todos los fanáticos: «Voy a tratar de ser breve. Es difícil hablar. Me acabo de despedir del club, pero hoy estoy en el lugar que quiero, que me gusta y soñé. Desde ahora soy un torcedor más. ¡Yo también los amo! No solo por el amor que me dieron, sino por mi familia. Hoy mi madre está aquí. Pueden estar seguro de que el Inter es parte de nuestra vida y permanecerá en nuestra familia. Hoy termino un sueño, del que mis padres hicieron todo. Cuando volví yo fui muy claro, lo hice para ayudar y retirarme acá, quería dejar mis últimos esfuerzos acá y disfrutar mis últimos momentos en el club. No hay forma de contener la emoción. Es el final de una carrera en la que luché mucho, en la que soñaba con ser futbolista profesional. Yo hoy me imaginaba jugando un rato, un poquito. Cuando me dijeron que jugaría, me puse muy feliz. Lo que sucedió después fue increíble. Ganar de una manera tan perfecta. Yo quería despedirme con una victoria, pero con un gol».
Ya era un ex jugador. Quedó en la historia grande del Inter. Es el ídolo. De los mejores embajadores argentinos en la historia del fútbol brasileño.
Andrés emocionado en el banco de suplentes.
Mirá su salida
Andrés en su partido de despedida.
El video del Inter por su despedida
Andrés en su partido de despedida.
Andrés en su partido de despedida.
Andrés en el festejo de su gol.
El festejo de Andrés.
Andrés se besa la camiseta.
Andrés en su despedida.
Andrés en su despedida.
D’Alessandro en andas.
D’Alessandro con su familia.
D’Alessandro con su madre.
Andrés en andas al final del partido.
La despedida del Cabezón.
El Inter y los jugadores con Andrés.
La salida de Andrés (@tomashammes).
Andrés en su último partido.
Los fans con una bandera por Andrés.
Dale D10s llevaron los hinchas del Colorado a la tribuna.
