La derrota en Resistencia frente a Chaco For Ever caló hondo en el seno del plantel profesional. Pero la revancha no se hizo esperar. Porque a pocos días del traspié, el equipo logró cambiar la cara: le ganó en el Gigante de Alberdi a San Telmo y volvió a la punta del torneo de la Primera Nacional, puesto que comparte con Brown de Puerto Madryn.

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La mano de Farré fue clave para empezar ganando el encuentro. ¿Por qué? Después del 1-3, el entrenador hizo una serie de cambios en el 11 inicial que fueron determinantes para superar al Candombero. Haciendo una buena lectura, Guille puso de entrada a Maximiliano Comba y a Joaquín Susvielles, los jugadores que hicieron la jugada del 1-0. Uno se puso el traje de asistidor, el otro fue el que terminó empujando la pelota al fondo del arco.

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Sin embargo, pese a la diferencia en el marcador y en la jerarquía del plantel, la visita no se achicó. Para nada. En el complemento, salió decidido a conseguir la igualdad: se paró unos metros adelante, se alejó del área de Tomás Sultani y buscó llegar con peligro por las bandas luego de los ingresos de Horacio Martínez y de Ramiro Luna. Y así alcanzó el 1-1. Porque Sasha Marcich metió un centro y, con la fortuna de su lado, Diego Novaretti se la llevó por delante y la metió en contra.

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Y cuando la preocupación empezaba en Córdoba, Alejandro Rébola puso la cabeza y Susvielles estiró la diferencia para cerrar el 3-1 y retornar a la cima.

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