Entre los platos estrella de la cocina española hay varios imprescindibles como la paella, los platos de cuchara de toda la vida o un buen cordero asado. Pero hay uno al que pocos se resisten, tanto dentro como fuera de casa, la tortilla de patatas. Con cebolla o sin cebolla, es una propuesta deliciosa y sencilla que además podemos llevar a cualquier parte o meter en un bocadillo. La receta no tiene muchas complicaciones, pero la elaboración es otra cosa. Por eso queremos darte unos sencillos trucos que ya usaba tu madre (pero se han hecho virales en redes sociales) con los que este plato ideal para cualquier momento del día va a dejar de ser una elaboración que se nos resiste.

Los ingredientes esenciales son, por supuesto, las patatas y el huevo. Polémicas aparte, también se le puede añadir cebolla, pero eso queda al gusto de cada uno o de los comensales. Y obviamente, el ingrediente imprescindible en la cocina española, el aceite de oliva.

Una vez pelada y picada, remoja la patata para que pierda el almidón. (Dilyara Galirufina /Unplash.)

El primer paso para hacer una tortilla de patatas es pelar y picar estas últimas. Cada maestrillo tiene su librillo a la hora de cortarlas, lo ideal es cortar una patata por la mitad, cada lado cortarlo en unos cuatro trozos de tamaño similar y picarlos finamente. Cuando la patata esté picada la meteremos en un bol amplio o ensaladera, que llenaremos de agua fría. Lavaremos las patatas un par de veces, vaciando y llenando de nuevo el recipiente, pero posteriormente dejaremos las patatas sumergidas en el agua, para que pierdan el almidón y su textura sea más tierna. Lo ideal es dejarlas a remojo un par de horas, pero si andamos cortos de tiempo con treinta minutos bastará.

Cómo se fríen las patatas de la tortilla

Una vez pasado este tiempo pondremos al fuego la sartén en la que vamos a freírlas con una cantidad generosa de aceite de oliva, algo más de la mitad de la superficie. Escurrimos bien las patatas, les echamos sal y probamos con un par de ellas para ver si el aceite ya está caliente. Solo cuando empiezan a soltar burbujas podemos introducir el resto dentro de la sartén, el aceite tiene que cubrirlas. Y aunque en un primer momento, ante el contraste de la temperatura, parezca que no se fríen, a fuego medio el aceite recuperará el calor y comenzará su proceso. Recordemos que
para una tortilla de patatas estas no tienen que freírse sino que pocharse, es decir ablandarse sin que lleguen a ponerse crujientes.

El aceite de oliva es esencial para la tortilla de patata perfecta (Fulvio Ciccolo / Unsplash).

Mientras las patatas se pochan cortamos la cebolla, si es que la vamos a incluir. El momento para unirla a las patatas es ese en el que el aceite lleve unos minutos haciendo su trabajo, unos 10-15. A la hora de echarlas, las mezclamos con la patata con la ayuda de una cuchara de madera. Y de vez en cuando removemos para que todos los ingredientes se cocinen homogéneamente.

Cuántos huevos lleva la tortilla perfecta

Otra de las tareas que podemos llevar a cabo mientras las patatas se hacen es batir los huevos. Es innegable que los huevos camperos aportan un sabor diferente a nuestros platos, pero los ecológicos o los de toda la vida también son perfectos para llevar a nuestra tortilla. Los cascamos en una superficie diferente a la que lo vamos a batir, nunca en el propio bol por aquello de la contaminación. El número ideal depende del tamaño de la tortilla, pero para que no quede seca, que es una de las peores cosas que le puede pasar a este plato, lo ideal son cuatro o más huevos. Una vez en el bol les echamos sal, una pizca generosa, y los batimos con energía, lo ideal es que queden esponjosos.

El número de huevos necesarios para una tortilla de tamaño medio es, al menos, de cuatro. / Morgane Perraud/Unplash

Para saber si la patata y la cebolla están listas para unirse con los huevos comprobaremos que la segunda ha pasado de su color característico a ser transparente. En cuanto a las patatas, cogeremos unas pocas con la cuchara de madera, y las aplastaremos con un tenedor. Si esta operación la hacemos con facilidad, las patatas ya están hechas. Si no, esperaremos un poco.

Cuando estén listas apagamos el fuego y procedemos a sacarlas con una espumadera. Antes de echarlas en el huevo nos aseguramos de que estén bien escurridas, para que no nos quede una tortilla demasiado aceitosa. En cada extracción las mezclaremos con el huevo, para que sea más sencilla la mezcla. Si al acabar de sacar las patatas vemos que la mezcla ha quedado demasiado compacta, con lo que corremos el riesgo de que la tortilla quede seca, podemos añadir más huevos, con su pizca de sal y previamente batidos en otro recipiente.

Cómo se vuelca la tortilla en la sartén

Una vez tenemos los ingredientes de la tortilla en el bol, cambiamos de sartén y ponemos al fuego nuestra sartén para tortillas. Porque aunque el menaje de cocina es algo que puede resultar costoso, o puede ocupar demasiado espacio,
para que una tortilla de patatas salga perfecta es esencial tener una sartén que se ocupe exclusivamente de esta elaboración. Su desgaste será menor y por tanto los resultados que conseguiremos con ella serán mejores.

Busca la sartén que mejor se adapte a tus necesidades y conviértela en la sartén de la tortilla de patatas. / AFL

A esta sartén le añadimos una cucharada de aceite de las patatas, para que aporte el sabor que hemos conseguido durante el pochado. Cuando esté caliente (para comprobarlo podemos manchar la cuchara de madera con un poco de mezcla y echarla sobre la sartén) incorporamos la mezcla completa y, siempre a fuego medio, removemos durante un minuto. Así el huevo que se ha cuajado sobre la superficie de la sartén comenzará a aportar consistencia a la mezcla en toda la tortilla.

Cómo se da la vuelta a la tortilla de patata

A la hora de afrontar uno de los mayores retos de este plato, el darle la vuelta, tan importante como contar con una sartén exclusiva para las tortillas es tener un plato o una tapa que encaje a la perfección. Lo colocamos encima, agarramos con firmeza el mango de la sartén con una mano y la otra la ponemos sobre el plato y giramos. Es una operación que siempre parece complicada, especialmente si la sartén o el plato pesan demasiados, pero que con calma la podemos llevar a cabo sin problemas.

Antes de reintroducir la tortilla en la sartén añadiremos media cucharada de aceite, que intentaremos que alcance toda la superficie de la tortilla. Y cuando de nuevo esté caliente, echamos la mezcla en la sartén. Para aquellos a los que les guste poco cuajada con un repetir está operación un par de veces o tres es suficiente. Si lo que te gusta es el huevo bien hecho y una tortilla firme y compacta, le podemos dar más vueltas, repitiendo las operaciones previas aunque sin añadir más aceite.

En cuanto al aceite restante de las patatas, podemos guardarlo para futuras tortillas, pero nunca lo usaremos más de tres o cuatro veces. Y siempre que lo vayamos a utilizar de nuevo lo colaremos previamente, para eliminar las impurezas, y las sorpresas, de nuestra sartén.

Hacer una tortilla de patatas siempre es un reto y a la hora de comérsela, una satisfacción, especialmente si queda bien. Así que no tenemos más que seguir los pasos con calma,
estar atentos a lo que pasa en nuestra sartén y, como siempre, ponerle todo nuestro cariño a esta delicia de la cocina española.

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