A todos nos gusta disfrutar de una comida sana pero hay días en los que no apetece meterse en la cocina para preparar una buena cena o simplemente nos da pereza adentrarnos en el universo de los restaurantes de moda. Y comprar algo de camino a casa se convierte en la mejor opción, más cuando tenemos muchas opciones a nuestro alcance. Como la nueva fiebre gastronómica que arrasa en toda España y ha llegado dispuesta a solucionarnos más de una comida, tanto como plato principal como acompañante, las empanadas argentinas.

Esta masa rellena tan tradicional en la gastronomía argentina es la propuesta culinaria que más ha crecido en los últimos años en nuestro país, y buena prueba de ello es que en ciudades como Madrid y Barcelona podemos encontrar un local dedicado a este plato en prácticamente todos los barrios. La culpa de este éxito, que parece imparable, reside en su capacidad para ser una propuesta culinaria muy versátil, que admite rellenos tradicionales, como el de carne o jamón y queso, pero también interesantes innovaciones que conquistan a quienes la prueban.

Entre los primeros negocios que ofrecieron este producto a sus clientes en Madrid está el restaurante Buenas y Santas, situado muy cerca de la plaza de Legazpi. En su carta de cocina casera podemos encontrar eminentemente argentinas, como la milanesa o la entraña, pero su plato más exitoso son las empanadas. Cinco versiones diferentes de las que hornean unas trescientas al día, quinientas si es fin de semana.

En 2017 Alejandro Polo decidió poner en práctica lo que había aprendido mientras vivía en Argentina, donde había un local de empanadas en cada esquina, y desde entonces junto a David Albado Empanadas Malvón no ha dejado de crecer. Porque además de contar con diversos locales en la capital de España se han expandido por toda la península, llegando a Ibiza, Granada, Valladolid, Castellón e incluso Oporto y Lisboa. Con una carta compuesta por 21 sabores, que van desde las propuestas clásicas a sabores innovadores como el de cochinita pibil o el de mascarpone con trufa, trabajan con pequeños productores y el repulgue, o cierre de las tapas, se elabora a mano.

Otro de los negocios responsables de la imparable expansión de la empanada argentina es el de Diego Rojas y Mariano Najles, cofundadores de Las Muns. En 2013 estos dos argentinos abrieron su primero local en Poblenou y desde entonces no han dejado de crecer en la provincia de Barcelona, pero también han llegado a Madrid. Su oferta está compuesta por 12 sabores entre los que se encuentran las setas con camembert, la nocilla con plátano o el pollo al curry. Como curiosidad, algunas de ellas son de colores, bien para distinguirlas o bien para aportar sabor, como la de atún que tiene la masa negra porque está elaborada con tinta de calamar.

Entre los pioneros en acercar sus deliciosas empanadas argentinas a madrileños y barceloneses está El Tío Bigotes, que el año pasado recogió el premio a la franquicia catalana con mayor proyección. Su fundador, Raúl González, abrió su primera tienda en 2008 para recoger la tradición gastronómica de su tío abuelo, un emigrante gallego que vivió en Argentina. Y desde entonces elaboran empanadas de 16 sabores diferentes, entre los que triunfan del de carne a cuchillo y el de chistorra y mozzarella fundida.

En Valencia también es posible encontrar varios negocios en los que podemos escoger una variedad de empanadas para degustarlas donde nos plazca. Pero desde hace unos meses es una visita obligada el restaurante argentino Fierro, al que le acaban de otorgar su primera estrella Michelin. Su deliciosa empanada tiene nombre propio, Justina, y apuesta por una receta tradicional de la región de Mendoza compuesta por cebolla, carne de ternera picada, laurel, ají molido y la grasa de ternera que «fabrican» ellos mismos. El relleno se cocina el día anterior y se deja reposar toda la noche en la nevera, y la empanada se elabora justo antes de hornearla para que se funda en la boca del cliente y resulte más sabrosa.

Desde 2020 el matrimonio argentino formado por Diego Percivaldi y Cecilia Oliver hacen las delicias de sus vecinos en la localidad gaditana de Puerto de Santa María en la Empanadería Argentina. Allí llegaron después de renunciar a su sueño, recorrer el mundo en caravana junto a sus tres hijos, por culpa del coronavirus. Y desde entonces han apostado por deliciosas propuestas como el asado criollo, o fusiones hispano argentinas como la empanada de rabo de toro, una de las más vendidas, o la de champiñones, queso y jerez.

Otro de los últimos en incorporarse a la fiebre de las empanadas argentinas es Cachito Mío, que en dos años han abierto tres locales en Vitoria, uno en Bilbao y otro en Logroño. Con el exjugador del Baskonia Patricio Garino al frente del negocio, junto a cuatro amigos y el cocinero Emiliano Trueba haciéndose cargo de las recetas, cuentan con una variedad de 14 sabores salados y tres dulces. Entre los primeros destacan la de cabrales o la de bacalao, entre las segundas no sabemos si quedarnos con la de dulce de leche y nueces, la de nutella o la de tarta de queso y frutos rojos.

En Pamplona Empanadas Florentino todavía no ha celebrado su primer aniversario pero desde el corazón de la ciudad ya se ha convertido en una opción a tener en cuenta para los amantes de las masas saladas. Con 15 sabores diferentes, en su amplia carta destacan la de ternera criolla y la de chorizo criollo, pero también la de chistorra. Su producto estrella está elaborado por cocineros argentinos que distribuyen a varios grupos desde Alicante y traen ingredientes como la harina o la ternera de su país. Entre sus planes está ampliar el negocio a medio plazo y abrir dos establecimientos más en la ciudad.

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