Amigos y familiares de las vctimas relizaron marchas pidiendo justicia
Amigos y familiares de las víctimas relizaron marchas pidiendo justicia.

Una fiscal solicitó que un hombre sea condenado a prisión perpetua por el femicidio de Emma Córdoba y el abuso sexual e intento de asesinato de Ana Laura González, ocurridos en 2017 en el partido de Ensenada, y pidió al tribunal que contemple como agravante el daño que le causó a una de las víctimas antes de su fallecimiento y el tiempo de recuperación que debió atravesar la otra mujer tras la «aberrante» violación.

El pedido fue formulado por la fiscal Silvina Langone en el marco del debate que se realiza desde la semana pasada ante Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 5 de La Plata.

En su alegato, Langone consideró que Ariel Osvaldo Báez es el autor de los delitos de «violación de domicilio, privación ilegal de la libertad agravada, abuso sexual gravemente ultrajante agravado por el empleo de arma, abuso sexual con acceso carnal agravado por el empleo de arma».

Para la fiscal, también quedó comprobado que Báez -que era vecino de Córdoba- fue responsable de «tentativa de homicidio doblemente agravado con ensañamiento y mediando violencia de género, homicidio doblemente agravado con ensañamiento y mediando violencia de género, hurto y tenencia de estupefacientes con fines de comercialización», delitos que prevén la pena de prisión perpetua.

Langone consideró que «corresponde un veredicto condenatorio con una pena de reclusión perpetua para Báez porque estamos en presencia de un homicidio que se genera en el marco de la violencia de género».

En ese sentido, solicitó a los jueces Carmen Palacios Arias, Ezequiel Medrano y Andrés Vitali que contemplen como agravantes que haya habido «pluralidad de víctimas, una de ellas fatal, así como la extensión del daño causado a Emma antes de su fallecimiento y la pérdida que esa muerte generó a su familia».

También, pidió que consideren como un agravante «la recuperación que debió atravesar Ana tras la violación, uno de los delitos más aberrantes que existen» y requirió que se tenga presente que Báez «conocía los movimientos y horarios de Emma, por ser su vecino, lo que le facilitó planificar el hecho y consumarlo».

«Corresponde un veredicto condenatorio con una pena de reclusión perpetua para Báez porque estamos en presencia de un homicidio que se genera en el marco de la violencia de género».Silvina Langone

«Sabía que eran dos mujeres que estaban solas e indefensas a las que podía doblegar», continuó la letrada y destacó que el hombre «usó palas y cuchillos, que aumentaron su capacidad ofensiva».

«Existen elementos para tener por autor penalmente responsable de esos hechos a Báez», expresó la fiscal y señaló que «ello surge de la directa imputación que efectuó Ana respecto de que el vecino de Emma, a quien conocía como ‘Ari’ y a quien le habían presentado horas antes, fue quien los cometió», describió la fiscal.

Langone planteó que «con la prueba ofrecida, quedó acreditado que a las 0 horas del 8 de julio de 2017, Ana Laura González abrió la puerta de ingreso de la casa de María Emma Córdoba y fue sorprendida por Báez, quien se abalanzó con un arma e ingresó al inmueble».

La fiscal detalló los abusos sexuales padecidos por las víctimas, los golpes que recibieron tanto con un arma, como con el pico de una botella y una pala, así como las quemaduras que les provocó con fuego generado con un aerosol y un encendedor.

«Luego, bajó las escaleras y las hizo descender. Con el filo de una pala, golpeó a Emma hasta que perdió la vida. Después se apoderó de pertenencias de las víctimas y se fue. Las encerró con llave mientras la vivienda se estaba incendiando, pero Ana Laura logró salir y pedir auxilio», describió la fiscal.

Langone rememoró que en la sede de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) La Plata «sin dudar, Ana identificó a Báez en rueda de reconocimiento» como el autor del ataque contra ella y Córdoba.

Pidió tener en cuenta que «Ana Laura describió físicamente a Báez, su tono de voz, su ropa y el boxer violeta que llevaba puesto» al momento del ataque sexual y dijo que Florencia Palacios, la exmujer del imputado, ratificó esa información.

«La entonces concubina de Báez declaró que Ariel tenía una problemática psicológica en cuanto al control, que era celoso, posesivo y que ejercía violencia psíquica con una vida íntima conflictiva a punto tal de haber abusado también de ella», dijo la fiscal.

Luego, indicó que Palacios testificó que la noche del ataque a las mujeres «él volvió a su casa, se quitó el boxer de color violeta, el jean y el buzo azul

que llevaba puestos y los puso a lavar, para luego acostarse».

A la vez, Langone señaló que en el debate quedó acreditado que Ana tenía «quemaduras y lesiones punzantes en el torso y tórax» mientras que Emma presentaba «lesiones, una herida cortante en el cuello, quemaduras y una hemorragia intercraneana que causó su muerte por asfixia mecánica».

Sostuvo que una perito que prestó declaración contó que que se hicieron estudios genéticos para comparar rastros de ADN hallados en el cuerpo de la víctima y el del acusado y que fueron coincidentes.

En paralelo, expuso que la pericia bioquímica demostró que se halló líquido seminal en las muestras extraídas de González.

En su alegato, Jerónimo Guerrero Iraola, abogado de la víctima sobreviviente, adhirió al o expuesto por la fiscal, afirmó que quedó acreditada la materialidad ilícita y la autoría penalmente responsable de Báez y pidió «una sentencia reparatoria, y un contramensaje».

«Báez actuó con frialdad, con el cálculo de quien sabe qué es lo que va a hacer y cómo lo va a hacer. Todo el obrar de Báez se inscribe en una trama de violencia y desprecio hacia las mujeres», dijo el letrado.

Guerrero Iraola olicitó una «condena ejemplar por María Emma, por Ana Laura, y por las millones de mujeres que ven cercenada su libertad» y analizó que «construir el Nunca Más de la violencia patriarcal requiere que las sentencias visibilicen la situación, las mecánicas y dinámicas de desempeño de este tipo de delitos, pero sobre todo que sean ejemplares».

El hecho

El ataque ocurrió el 8 de julio de 2017, en una vivienda de la calle 126, entre 5 y 7, de Punta Lara, donde Emma se hallaba estudiando junto a Ana Laura.

En su declaración durante el juicio, la sobreviviente afirmó que ese día llegó a Punta Lara en colectivo y fue recibida por su amiga Emma.

«Fuimos al quiosco a comprar una cerveza y luego a su casa. Nos encontramos con este hombre. Nos saludó y se puso a hablar con Emma. Era su vecino. Nos presentó. Caminó unos metros con nosotras e ingresó a la casa de al lado de la de Emma», recordó.

Según Ana Laura, luego de cenar y escuchar música, Emma le pidió que abriera la puerta para que ingresaran los perros.

«Abrí la puerta y reja de entrada y una figura se abalanzó con un arma en la mano. Ahí no lo reconocí. El forcejeó y me metió, ya adentro le preguntaba a Emma dónde estaba su marido, Damián», señaló.

De acuerdo a la sobreviviente, quien en el debate reconoció a Báez como el autor, una vez en la planta alta de la casa, abusó sexualmente de ambas y las ató, para luego rociarlas con alcohol y encender fuego. 

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