En el 1-0 del Barcelona en Arabia Saudita contra Boca, previo a la genial definición de Jutgla, hubo una mano de Coutinho, el brasileño que supo ser campeón de Champions con el Bayern Munich. Llegó el centro desde la derecha, picó la pelota y el del Barsa puso el brazo para amortiguarla; de ahí le cayó a su compañero, de espaldas al arco: de media vuelta la clavó y Rossi estuvo ahí de sacarla.

En el momento se notó que Coutinho temió que se lo anularan por mano suya, pero el árbitro dijo siga siga. Y en Boca se lo querían comer al juez, sobre todo Villa, quien había estado de frente a la jugada. Todos lo fueron a rodear, pero ya era cosa juzgada.

En este tipo de amistosos no hay VAR y por eso no se chequeó la jugada, lo mismo hubiese pasado en el fútbol argentino (el mejor ejemplo, lo que sucedió en la semi de Primera Nacional entre Ferro y Quilmes). Y Barcelona se puso arriba.

LA MANO

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