El próximo 30 de octubre se cambiará de hora en España y, si el Gobierno hace caso a la directiva europea, será por última vez. Todos los expertos en salud, seguridad vial y consumo eléctrico consultados por la UE coinciden en la necesidad de mantener el mismo horario todo el año, a ser posible, el de invierno, el que estrenaremos el 31 de octubre. Según el doctor Darío Acuña, catedrático de Fisiología de la Universidad de Granada y uno de los especialistas convocados por Bruselas, «tener luz del sol hasta pasadas las 22 h, como sucede en verano, es tóxico para el organismo».

Despertarte cansada y sin energía no debería ser lo normal: reorganiza tus horarios.

Acuña, quizá el mayor experto en cronobiología de Europa, achaca muchos de nuestros problemas de salud a la desconexión entre nuestro estilo de vida y los ritmos circadianos. «Nuestro organismo está preparado para seguir un ritmo de 24 horas determinado por el ciclo luz/oscuridad: tenemos un reloj biológico interno y, durante siglos (hasta la llegada de la luz artificial), ha estado sincronizado con la salida y puesta del sol», explica. Ese reloj marca la producción de diversas hormonas y, si tu agenda lo respeta, mejorará tu salud en general y desaparecerá el cansancio.

DE 7 A 14 HORAS.

«Es clave mantener un buen ritmo sueño/vigilia, es decir, dormir bien, lo que implica entre siete y nueve horas de sueño. No basta con acostarse: hay que despertarse con energía y descansado o, de lo contrario, el sueño no ha sido todo lo reparador que debía», explica Acuña. Por la mañana hay que recibir la mayor cantidad de luz natural posible, hacer ejercicio con el sol como testigo y desayunar en la primera hora de vigilia, pero no recién despertados: «Es el momento en que nuestras hormonas están funcionando para que la alimentación sea procesada adecuadamente», apunta.

d.r.

La primera comida del día debe ser completa, que no abundante, y contener zumo o fruta, hidratos de carbono y algo de proteína. Según la programación genética de la mayoría de los humanos, esta franja horaria es la
óptima para concentrar las actividades más exigentes.

DE 14 A 19 HORAS

«Aunque las jornadas laborales no lo tengan en cuenta, lo ideal es comer siempre antes de las 15 h. y, de nuevo, buscando más la variedad de nutrientes que la contundencia», cuenta el catedrático. ¿Siesta? Solo si dura menos de 15 minutos. ¿Un té? «Depende de nuestra sensibilidad a la teína y la cafeína: para cada persona es diferente la hora a la que puede tomar un estimulante y, aún así, descansar sin problemas», aclara Acuña.

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DE 19 A 23 HORAS

«Hacer ejercicio a partir de las 20 tendrá
un efecto rebote, ya que para favorecer la segregación de melatonina tendríamos que rebajar la actividad a medida que se pone el sol», apunta el catedrático. El ocaso debe invitarnos a evitar pantallas y luces blancas y azules (el doctor recomienda instalar luces cálidas). Cenar cuatro horas antes de dormir en un cuarto fresco y a oscuras es la mejor forma de terminar el día.