Hay una cosa que tenemos clara, al menos en términos de decoración: el tamaño no importa. Todas soñamos con vivir en una mansión, pero la realidad es que la mayoría tenemos que ‘conformarnos’ con un pequeño piso que convertir en un cálido hogar. Y aunque parezca mentira, igual que te contamos los secretos para conseguir estancias más luminosas, multiplicar los metros cuadrados de nuestra casa sin reformas ni mudanzas es mucho más sencillo de lo que parece si ponemos en práctica unos cuantos trucos muy sencillos y efectivos. Ya habíamos empezado por el armario y el dormitorio, y hoy seguimos con el salón. Toma nota.

El color es nuestro gran aliado para jugar con los espacios. Siguiendo siempre la regla 60-30-10, utilizaremos los tonos claros como base, ya que aportan luminosidad y tienen un efecto amplificador. Los tonos arena y beige son nuestra apuesta segura para aportar calidez a la estancia y huir del ‘estilo hospital’, y sobre ellos jugaremos con tonos neutros como secundarios (grises, marrones) y aportaremos notas especiales en detalles en gamas como los verdes, azules, amarillos o granates.

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Además, podemos jugar con la perspectiva para dar amplitud a la estancia: los colores suaves y lisos los pondremos en la zona que se quiera percibir más lejana, y los tonos más intensos y los acabados con textura, en primer plano. También podemos incorporar cuadros, fotografías o pinturas con profundidad, así como espejos que multipliquen visualmente el espacio.

Los muebles también serán unos buenos aliados. Por un lado, apostaremos por los estilos minimalistas y huiremos del ‘horror vacui’ (sí, cuantos menos, mejor) para aportarlimpieza y amplitud; preferiremos los muebles bajos (cómodas, mesas auxiliares, pufs) que hacen percibir el espacio más diáfano y los acabados en metacritato o PVC transparente, que se mimetizarán con el espacio, dando un servicio muy funcional, pero pasando casi desapercibidos.

Las fuentes de iluminación natural juegan a nuestro favor. La luz tiene poder amplificador, y las ventanas, si las dejamos abiertas con las persianas y ventanas sin echar, harán que la mirada se dirija al exterior, consiguiendo una amplitud extra. Por último, y si nos queremos meter en pequeñas reformas, tiraremos unos cuantos tabiques y crearemos un espacio ‘open concept’, juntando por ejemplo el salón y la cocina, o el comedor.