1. Mobiliario con alma
La elección del mobiliario es decisiva para el conjunto final y la atmósfera. Siempre es mejor utilizar pocos muebles, pero con peso específico, y mezclar sofás rectos con butacas curvas (o viceversa), mesas de madera y metal con otras de piedras naturales, y piezas de diferentes épocas.
Salón con techo de roble. Las vinotecas son de Gaggenau; las butacas están tapizadas en algodón de Nobilis y la mesa, de bronce y cristal, es un diseño de Fabré-Fauquié. Abajo, papel Josephine de Nobilis.
2. Presencia natural
Da frescura a los interiores con elementos naturales: flores, centros, plantas, conchas (si estas en la playa) o troncos (en la montaña). Combina jarrones de distintas formas y texturas.
3. Espacios abiertos
Es importante incorporar el vestidor al baño o la cocina al comedor, uniendo exterior e interior para conseguir más amplitud visual. Este vestidor está acabado en cobre, cuero y cristal gris ahumado, y los lavabos son de latón. La lámpara del techo es de alabastro.
El matrimonio de los interioristas Blanca Fabré y Alejandro Fauquié forma uno de los tándems más prestigiosos de nuestro país.
4. Formas orgánicas
La arquitectura clásica se suele regir por líneas rectas que estructuran los espacios. Una fórmula elegante y efectiva para dar movimiento y jugar con la distribución es crear sinuosas curvas. En este comedor, lo han conseguido mediante las columnas. La lámpara es de Rick Tegelaar; las sillas, de Jean Royère, están tapizadas en lana; y la mesa es un diseño de Fabré-Fauquié.
5. Obras selectas
En una casa clásica, opta por piezas abstractas que contrasten. Cuadros y esculturas son un must y en este interior han optado por las dos. El sofá en ante y la lámpara de techo escultórica son de Hervé van der Straeten.
6. Majestuosas bibliotecas
Para crear espacios elegantes y cultos es imprescindible recurrir a los libros como elemento decorativo, tanto organizados en bibliotecas de obra como sobre una mesa auxiliar. En las librerías se pueden colocar también pequeñas esculturas, velas o cajas.
7. Calidez ante todo
No hay que confundir modernidad y frialdad: el lujo debe ser confortable. El sofá es de Fabré-Fauquié, tapizado en lana de Pierre Frey, y la mesa de nogal es de T. H. Robsjohn-Gibbings.
8. El color, a pinceladas
Para dotar a un espacio de sofisticación y personalidad, es imprescindible jugar con el color. Es mejor utilizar una paleta neutra, distribuyendo toques de color en puntos estratégicos, que aportan vivacidad al espacio.