La Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Indec referida al último trimestre del 2020 reveló recientemente que hay 1,4 millones de argentinos sin trabajo (11% de la PEA), pero que el panorama es mucho peor en los jóvenes de entre 14 y 29 años ya que en ese segmento de la población económicamente activa están sin empleo el 26 % de las mujeres y el 19% de los hombres.
“La Argentina es el país con mayor desempleo juvenil de la región”, concluye el Centro de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec) a partir de los datos estadísticos oficiales. “El desempleo afecta más a los jóvenes argentinos que a los adultos. Según datos del INDEC, casi dos de diez jóvenes están desempleados (19,3%), mientras que incide sobre el 7,4% de la población en general. Es decir: la tasa de desempleo en los jóvenes más que duplica a la de la población adulta en general y viene ampliándose desde 2004″, sostiene el Cippec.
Jonathan Ezequiel Toranzo tiene 25 años y es uno de los jóvenes de la zona sur que hace tiempo busca empleo y no encuentra.
“Te da bronca porque este país solo le da oportunidades a los que tienen un acomodo, una cuña como se dice, y los que queremos trabajar no podemos”, dice, enojado y ya sintiendo los efectos del desaliento. Por ese efecto, en Argentina dejaron de buscar empleo más 780 mil trabajadores, de lo contrario la desocupación sería mucho más alta.
Jonathan dejó la secundaria y a los 17 años se puso a trabajar. Hizo de todo: desde repartidor de soda, ayudante en la construcción y repositor de supermercado hasta repartidor de las aplicaciones de delivery. Salvo en la obra que trabajó seis meses en blanco, en lo demás conoció la precariedad absoluta.
“Gastas plata en hacer curriculum y los llevas con la esperanza de que algún día te llamen y te digan: “Presentate mañana”, pero eso nunca pasa”, cuenta Jonathan, quien calcula haber entregados “más de 40 curriculum” del año pasado a la actualidad.
El informe del Cippec revela que “el desempleo afecta más a los jóvenes que más necesitan trabajar: los provenientes de hogares de menores ingresos. Mientras el 26% de los jóvenes del quintil más bajo de ingreso es desempleado, solo el 9% de los jóvenes del quintil más alto está en esa situación”.
Jonathan vive en el barrio ciudad Obispo Angelelli 2. “Tengo una casita prefabricada al fondo de la casa de la abuela de mi mujer”, apunta en la entrevista con La Décima, realizada este lunes 29 de marzo en la casa de su padre en Villa El Libertador (Bogotá al 400)
Ese día, venía de hacer una “changa” levantando frutas y verduras en una quinta orgánica. “Es de unos familiares y cada tanto me llaman”, cuenta. Pero su aspiración es lograr un ingreso regular, y en lo posible, formal.
“Con esto de la pandemia se cortó todo, ahora se está queriendo reactivar, y sería la oportunidad para encontrar algo, pero no sale nada”, reitera, impotente. Dice que dejó curriculum en “el Surrbac, de Porta Hermanos, en estaciones de servicio, panaderías, centros de distribución; en todos lados”, señala.
Mientras tanto, empezó a cursar cuarto y quinto año en un colegio nocturno en Angelelli para finalizar el secundario. Siempre con la idea de que sea un argumento favorable más para conseguir algo.
“Yo aprendo rápido y hago lo que sea, le pongo voluntad a todo”, responde cuando se le pregunta qué es lo mejor que sabe hacer. “Además dispongo de movilidad, hago lo que sea por trabajar”, afirma.
“En la Argentina el 34% de los trabajadores está en situación de informalidad, pero si se consideran solamente los trabajadores jóvenes, ese porcentaje asciende al 60%, es decir que seis de cada diez jóvenes que trabajan lo hacen de forma precaria”, puntualiza el Cippec.
La informalidad, en Argentina, alcanza a 3,1 millones de trabajadores, y en Córdoba, hay 255 mil personas con dificultades laborales (98 mil desocupadas y el resto subocupadas, porque trabajan menos de 35 horas semanales)
Para Jonathan, la ayuda del IFE (ingreso familiar de emergencia) fue fundamental porque lo ayudó a mantener a su familia durante tres meses -tiene una hija de 5 años. “Pero lo que yo quiero es trabajar, tener algo constante, un sueldito, no pido mucho, solo que me den una oportunidad”, manifiesta.
Quienes lean esta nota y creen que pueden darle una mano a Jonathan comunicarse al 351-5590247.
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