Este sábado 6 de marzo se anunciarán los ganadores de la trigésimo quinta edición de los premios Goya. Al igual que los últimos Globos de Oro, será una gala marcada por su celebración virtual como medida contra el coronavirus en la que solamente cinco títulos aspiran a llevarse para casa la estatuilla reservada a la mejor película del año.

En Espinof hemos querido repasarlas todas ellas ordenando de peor (o menos buena) a mejor las cinco nominadas a mejor película. Como siempre sucede en estos casos, se trata de una selección personal y no un intento de imponer mi opinión como algo irrebatible. Sin más que añadir, os dejo con ellas…

‘Adú’

La gran sensación del cine español de principios de año ha acabado teniendo el suficiente tirón para colarse en los Goya y ser la más nominada con 14 candidaturas. Algo exagerado a mi juicio, ya que es cierto que se agradece que sea un relato con conciencia, pero está estructurado de tal forma que la película de Salvador Calvo acaba quedándose a mitad de camino en todo lo que propone.

Y es que si vas a contar tres historias paralelas, preocúpate de dar la entidad suficiente a todas a ellas y que no se note tanto que la que realmente te interese es la protagonizada por el personaje que da título a la película, que además de por sí tampoco es tan memorable. Luis Tosar y Anna Castillo ayudan a elevar la otra y de la tercera directamente te olvidas al de pocos días de verla.

‘La boda de Rosa’

Boda Rosa

Suele ser inevitable mencionar a Isabel Coixet cuando hablamos de la directora española más destacada de nuestro tiempo, pero luego, el menos en mi caso, suelo disfrutar más con lo que nos llega de la mano de Icíar Bollaín, que aquí sabe cómo dotar de un acertado tono ligero a la historia de una mujer que explota al ver el poco caso que se ha hecho a sí misma.

A partir de ahí se construye una película que tiene mucho de crowd pleaser, evitando potenciar el lado más dramático de la historia para así facilitar la conexión con el público. Eso le quita cierto empaque a lo que cuenta para buscar más un mensaje agradable y fácil de digerir, pero contar al frente del reparto con Candela Peña, una de las mejores actrices de nuestro cine, lo compensa con creces.

‘Las niñas’

Ninas

La gran favorita es este primer largometraje dirigido por Pilar Palomero, también responsable del guion de la película, que nos transporta a los años 90 para ofrecernos una historia coming of age que se siente un poco vacía tanto a la hora de retratar una época -por momentos casi parece que todo transcurra realmente tres décadas antes- cómo de la pérdida de la inocencia.

Es cierto que el trabajo de puesta en escena se centra en encerrar a sus protagonistas y, hasta cierto punto, en hacer lo mismo con el espectador, pero a la hora de la verdad lo que realmente funciona aquí es el gran trabajo de sus jóvenes actrices. Ahí el acierto de casting es absoluto y justifica por sí mismo la existencia de la película. Por lo demás, no la encuentro nada en ella especialmente memorable, pues aunque era en una edad diferente y otra época, creo que ‘La inocencia’ juega mejor con ingredientes similares.

Crítica en Espinof

‘Ane’

Ane

Nueva demostración del buen momento por el que atraviesa el cine vasco durante los últimos años. Es cierto que la ópera prima de David Pérez Sañudo no alcanza el mismo nivel que la obra de Jon Garaño y José Mari Goenaga, pero eso no le impide ser un acercamiento de lo más estimulante al distanciamiento entre una madre y su hija con el terrorismo como telón de fondo.

Marcada por la omnipresencia de una excelente Patricia López Arnaiz, ‘Ane’ es una película que tiene mucho de contemplativo, tanto para ver lo que sucede en el día a día de sus personajes como en aquello que supone una brecha entre ellas, todo ello muy bien recogido a través del trabajo de puesta en escena.

Crítica en Espinof

‘Sentimental’

Sentimental

No creo que sea la mejor por un diferencia abrumadora y tengo claro que haber ganado ya con ‘Truman’ juega en su contra, pero de las cinco nominadas es mi favorita. ¿Los motivos? Principalmente dos, el primero es el maravilloso reparto que tiene, con un toma y daca constante entre ellos en lo que resulta esencial su otra virtud incuestionable a mi juicio: el guion.

Es cierto que Cesc Gay partía con «ventaja» al ser la adaptación de una obra de teatro suya con la que ya había tenido la oportunidad de comprobar qué es lo que mejor funcionaba, pero no debería quitarle mérito alguno a un relato muy divertido sin dejar nunca de lado la reflexión sobre todo lo que propone, y que además sabe ir yendo en todo momento a más.

Hay mucho mérito en eso, pues ya al de poco de empezar parece que todo va a estallar más temprano que tarde con ese roce entre los personajes interpretados por Javier Cámara y Griselda Siciliani, pero la película sabe cómo crecer a partir de ahí, evitando en todo momento caer en lo excesivamente teatral, primero tirando de lo juguetón y más cómico para luego ir poniéndose cada vez más serio sin que se sienta como un cambio brusco de tono.

Crítica en Espinof

La auténtica MVP de entre las nominadas

Historias Lamentables

Dicho todo esto, la mejor de entre todas las películas con alguna nominación es ‘Historias lamentables’, una comedia sensacional muy superior a ‘Campeones’, anterior largometraje de Javier Fesser, que apenas aspira a tres estatuillas -actor revelación, guion original y efectos visuales- cuando fácilmente merecía el triple.

‘Historias lamentables’ es una película con personalidad a todos los niveles, desde esa construcción de personajes que te traen inmediatamente a la memoria otras comedias de Fesser, algo que también aplica a su inconfundible acabado visual, con una tendencia al exceso muy bien acotada para potenciar todo aquello que le interesa en cada momento.

Además, el reparto está perfectamente elegido para que encajen como un guante en sus respectivas historias, donde siempre hay una tendencia a llevarlo todo al extremo con fines cómicos, pero manteniendo también en todo momento bajo control cada una de las historias. Y encima no hay ninguna que pueda señalarse como el eslabón más débil, pues todas y cada una de ellas hubiesen brillado en otras antologías.

Tampoco me olvido del buen uso del efecto acumulación para ganarse al espectador e ir pasando paulatinamente de la risa a la carcajada. Personalmente, acabé disfrutando más del último relato por ello, seguramente también el que parte de una premisa más alocada. Una lástima que una joya como ‘Historias lamentables’ no haya recibido un mayor reconocimiento en los Goya.

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