La exjefa del gobierno civil se encuentra "en buena salud".

La exjefa del gobierno civil se encuentra «en buena salud».

Las autoridades militares de Myanmar presentaron este martes nuevos cargos contra la derrocada líder del Gobierno civil, la Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, en esta ocasión por supuestas violaciones de las leyes de gestión de desastres en el marco de la pandemia de coronavirus. 

La dirigente de 75 años fue detenida por los militares junto a otros políticos del país, incluido el presidente Min Wyint, e imputada por presunta violación de la Ley de Exportaciones e Importaciones por unos walkie talkies encontrados en su vivienda.

Ahora, el Ejército le sumó una nueva acusación por violar la Ley de Gestión de Desastres Naturales, que se utilizó para enjuiciar a personas que han infringido las restricciones del coronavirus.

El abogado de Suu Kyi, Jin Maung Zau, reveló que la dirigente, detenida desde el golpe de Estado a principios de este mes, participó este martes por videoconferencia de una audiencia con el juez que lleva su caso y agregó que la próxima audiencia tendrá lugar el 1 de marzo, según el sitio local de noticias Mizzima. 

«No hay nada justo en la junta. Es teatro. No es más que teatro. Y, por supuesto, nadie les cree», dijo a la agencia de noticias AFP el relator especial de la ONU, Tom Andrews.

La exjefa del gobierno civil se encuentra «en buena salud», dijo el viceministro de Información, Zaw Min Tun, en una conferencia de prensa. 

Los llamamientos a la desobediencia civil contra el Gobierno militar continúan pese a la represión.

Los llamamientos a la desobediencia civil contra el Gobierno militar continúan pese a la represión.

El golpe de Estado ocurrió horas antes de que el nuevo Parlamento tomara posesión tras las elecciones de noviembre, en las que un partido opositor vinculado al Ejército denunció irregularidades, si bien no presentó pruebas que respaldaran sus acusaciones, precisó la agencia Europa Press. 

Pese a ello, los parlamentarios de la Liga Nacional para la Democracia (NLD), el partido de Suu Kyi, juraron en sus cargos en una ceremonia informal y reeligieron la semana pasada a la dirigente para otro mandato. 

Los llamamientos a la desobediencia civil contra el Gobierno militar continuaban este martes pese a la escalada de la represión, con la prohibición de concentraciones, el despliegue de vehículos blindados, detenciones nocturnas y refuerzo del arsenal legislativo. 

Los manifestantes bloquearon este martes e interrumpieron el servicio de la vía férrea en Mawlamyine, al sur de Rangún, la mayor ciudad y el centro económico del país, según imágenes difundidas por un medio local. 

«¡Devuélvannos a nuestros líderes!», decían las pancartas, mientras los manifestantes instaban a los ferroviarios a dejar de trabajar. 

Muchos funcionarios de todo el país, entre ellos abogados, profesores, controladores aéreos o ferroviarios, respondieron a este llamamiento y se pusieron en huelga contra el golpe de Estado.

Tras el despliegue de vehículos blindados en algunas ciudades, las multitudes en las calles son menos numerosas.

Tras el despliegue de vehículos blindados en algunas ciudades, las multitudes en las calles son menos numerosas.

En Rangún, los monjes que habían liderado la «revolución de azafrán», reprimida violentamente por el Ejército en 2007, marcharon hacia la embajada de Estados Unidos. 

No muy lejos, unos jóvenes tocaban el violín frente a un grupo de bailarines vestidos de negro, mientras otros cantaban. 

Pero tras el despliegue de vehículos blindados en algunas ciudades del país el domingo, las multitudes en las calles son menos numerosas.

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