Pocas veces recordamos una cadena tan larga de aciertos de la Reina con sus looks. Aunque es raro que doña Letizia falle con su estilismo, no podemos negar que hay veces que bien porque repite conjunto una y otra vez o bien porque «no está mal, pero hay otros mejores», sus apuestas no nos causan tanta emoción ‘sartorial’ como en sus últimas apariciones: la inauguración de la temporada en el Teatro Real, el desfile del Día de la Hispanidad, el concierto previo a los Princesa de Asturias, la recepción a los galardonados, la entrega de los propios Premios en Oviedo, la entronización de Naruhito de Japón y, ahora, la cena de gala en honor al nuevo Emperador del país del sol naciente.

Para este acto solemne en Tokio, doña Letizia se vistió de reina con un imponente vestido rosa capote con bordado joya floral de inspiración mantón de Manila que le sentaba como un guante, y que aunque bien podría llevar la firma de Duyos o de Caprile, es un diseño exclusivo y a medida de Carolina Herrera (que también sellaba el nuevo clutch a juego).

Doña Letizia, a la que pocas veces hemos visto tan impresionante, apostó por algunas de las joyas más imponentes de nuestra corona: la tiara Flor de Lis que Alfonso XIII regaló a la Reina Victoria Eugenia por su boda y el broche a juego con esta insignia de la dinastía Borbón; las pulseras gemelas de Cartier (una de sus piezas favoritas) y los pendientes de brillantes pertenecientes al lote de pasar.

Sin duda, doña Letizia ha llegado a Japón para revalidar su título de ‘royal’ mejor vestida y, desde luego, lo está consiguiendo.

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