Dio el golpe de la fecha. Su mal andar en la etapa previa quizá lo mostraba como un equipo débil, de fácil acceso. Pero Riestra volvió a demostrar que aprieta los dientes en las bravas. Once soldados formaron parte de su armada para doblegar a Temperley, que en los papeles aparecía como mejor parado. Pero no. Los del Bajo se basaron en su solidaridad, en un trabajo en equipo llevado adelante con perfección y se llevaron el pasaje a la próxima ronda del Reducido de la Primera Nacional, que realmente es apasionante.

La muralla del fondo fue lo primero que acomodó el Búfalo Szeszurak, para no pasar sobresaltos. Y sus soldados le respondieron. El Blanquinegro no pasó muchos sobresaltos, a pesar de algunas chances que tuvo el Celeste en el cierre del partido. Pero la clave en la cancha de Chacarita fue que finalmente Maximiliano Brito pudo llegar al gol.

Últimamente, el uruguayo empezó a jugar de volante central, por su buen manejo y por las ganas que mete en cada pelota dividida. Y justamente así fue como se generó su propia chance y clavó el balón contra un palo en una guapeada que reflejó el amor propio de todo un equipo que no pudo hacer pie en la primera etapa del campeonato y ahora sueña con el segundo ascenso.

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