La letra chica de la cláusula Paredes y cómo repercutió la movida en Boca

La noticia sorprendió. Porque lo que parecía ser el final, el cierre oficial de la novela entre Boca y Leandro Paredes, se transformó en una nueva posibilidad de regreso. El volante campeón del mundo renovó con la Roma hasta junio del 2026, pero estableció en su contrato una cláusula de salida para mayo que el Xeneize podría ejecutar y contar con él incluso como refuerzo para el Mundial de Clubes. ¿Y entonces? ¿Cómo fue la reacción en el predio de Ezeiza?

Primero, lo primero: los detalles de la cláusula. Paredes firmó un nuevo vínculo con su actual club hasta junio del 2026 pero con una primera puerta de salida para dentro de dos meses: si en mayo un club paga 3.5 millones por su ficha, él puede desvincularse inmediatamente. Incluso, no es una posibilidad, sino dos, ya que esa misma condición puede activarse también a fin de año.

Ahora bien, ¿la cláusula es solo para Boca? No, la puede activar cualquier otro club del mundo que esté interesado en el jugador y dispuesto a pagar esa cifra por él. Pero está claro que Paredes la puso por el Xeneize. Porque al establecer la primera opción en mayo, claramente está abriendo la puerta para poder jugar el Mundial de Clubes con la azul y oro y convertirse en un refuerzo de recontra lujo.

En principio, no fue una noticia de impacto. Fundamentalmente, en Boca sostienen que ellos estaban dispuestos a hacer el esfuerzo económico por Paredes para traerlo en este mercado. Incluso, si él daba el ok para venir, habían presupuestado un contrato por cuatro años, para que ganara lo mismo que Edinson Cavani, la actual estrella del club y el mejor pago del plantel.

Pero en ese momento, aunque se trataba de una negociación abierta, no hubo acuerdo. Y en el Xeneize sostienen que la diferencia estuvo justamente en el vínculo con el jugador, algo que del lado de Paredes refutaron, incluso con mensajes en las redes sociales.

Lo concreto es que, ahora mismo, la situación sigue siendo muy similar en ese punto. Porque por más que Boca esté dispuesto a pagar una cláusula de salida de 3.5 millones para tenerlo como refuerzo para el Mundial de Clubes, aparte deberá resolver las condiciones del vínculo del jugador.

De todos modos, está claro que esta movida de Paredes pone a Boca en una situación de decisión. Porque el volante campeón del mundo abrió una ventana de regreso inesperada para este momento y volvió a pasarle la pelota a Riquelme y su Consejo. De acá a mayo, entonces, será un tema ineludible. ¿Pesará también el deseo de Gago de contar con él? ¿Descartará la dirigencia la chance de sumar a un refuerzo de lujo para un evento en el que deberá competir con las potencias europeas? Continuará…