El regreso menos esperado para Chiquito Romero: su primera vez en el Cilindro y cómo será recibido

«Soy de Racing, pero voy a morir por la camiseta de Boca«. Su última declaración pública sobre la revancha por los cuartos de Copa define por sí sola lo que vivirá Sergio Romero este miércoles en el Cilindro. Será su regreso a la cancha que lo vio nacer, la primera vez en toda su carrera frente a los hinchas que antes lo idolatraban por su identificación con él (pese a que jugó apenas cuatro partidos en el club) y será, encima, en una verdadera final, en un partido de quiebre, en una batalla que definirá a uno de los semifinalistas de la Libertadores.

Chiquito, en definitiva, pasará a ser uno de los protagonistas que alimentará el morbo de esta revancha, junto a la presencia de Juanfer Quintero, Agustín Almendra y Roger Martínez, todos de alguna u otra forma vinculados a Boca. Será la otra cara, porque esta vez visitará el Cilindro del otro lado del mostrador y, encima, con dos condimentos no menores: la carga de declaraciones de estos tiempo y la posibilidad de convertirse en héroe una vez más, en caso de una definición por penales.

Por lo pronto, el arquero de Boca parece llevar esta historia con naturalidad. De hecho, en su últimas declaraciones sobre lo que vivirá en Avellaneda, aclaró una frase que había molestado muchísimo a los hinchas de Racing, justamente la que dijo cuando llegó al Xeneize. «Boca es el club más grande de la Argentina», dijo, y en la Academia, con el presidente Víctor Blando a la cabeza, explotaron. Sin embargo, luego amplió esa definición…

«Hay que separar las cosas, yo nunca dije que Racing no es un club grande, para mí es uno de los más grandes de la Argentina, pero por sobre Racing está Boca y seguramente estará River. Uno tiene que ser sincero. Este club en la Argentina y en el Mundo es muy grande», explicó, ya palpitando la previa del choque por los cuartos de final.

Está claro que Chiquito hubiera querido evitar este cruce. Pero no por una razón futbolística, sino sentimental. En definitiva, no dejará de ser un partido incómodo para él, con un montón de sensaciones, además de tener en cuenta que será un choque de quiebre para cualquiera de los dos, por lo mucho que hay en juego. «No sólo es el club del que soy hincha, sino el que me abrió las puertas, el que me dio las primeras herramientas en el fútbol porque cuando jugaba en Comodoro Rivadavia», dijo en su momento.

Por eso, la realidad es que si bien Romero lo vive con bastante calma, no será bien recibido por el hincha de Racing, todavía herido por su partida en Boca, porque justamente antes de confirmarse su incorporación al Xeneize se estaba entrenando y recuperando de su rodilla en el predio Tita Mattiussi y por el peso de las declaraciones. Blanco, en ese sentido, fue contundente: «Por un largo tiempo tendrá las puertas cerradas del club».

Igualmente, Chiquito lo tiene claro. Sabe que el Cilindro será un hervidero y que tendrá que afrontar una situación hostil. «Yo hice lo que tenía que hacer cuando me tocó estar ahí, di lo mejor por el club. Cuando me fui hice todo lo que estaba a mi alcance, traté de ayudar, de colaborar, de estar. Será lo que tenga que ser y la vida continúa», también dijo al respecto, con esa misma templanza con la que ataja.

Romero no sólo viene de ser la gran figura de la serie de octavos, tras atajar dos penales en la definición por penales ante Nacional. Además, de visitante, como será esta ocasión ante Racing, tiene una muy buena marca defendiendo el arco de Boca: sólo le convirtieron un gol en cuatro partidos.

Fuera de la Bombonera, mantuvo el arco en cero ante Monagas, en su debut absoluto en la Libertadores, también contra Colo Colo en Chile y ante Nacional en el Gran Parque Central. Sólo le marcaron ante Deportivo Pereira, en Colombia, en lo que fue la única derrota del Xeneize en esa condición.

Por todo, la seguridad que supo transmitir a partir de su experiencia, es un plus que aportará el arquero de 36 años en Avellaneda. Y si la historia llega a definirse en los penales, pues ahí también sumará otro condimento extra a este partido que nunca hubiera querido jugar…