Hoy se desarrolló la 37º edición de la Fiesta Patronal de Urkupiña, en Villa El Libertador.

Urkupiña es una es una advocación de la Virgen María Asunta, que se venera por estas fechas en la ciudad del cerro Quillacollo, capital provincial a 14 km de la ciudad Cochabamba en Bolivia. Para los peregrinos, “es la virgen de los milagros” y “patrona de la integración nacional”. Más para los que viven afuera de Bolivia, su celebración sirve para afianzar las tradiciones. 

El arribo de la procesión

Los festejos comenzaron este sábado con la misa de la mañana en la parroquia Nuestra Señora del Trabajo. En su sermón al público, el padre Juan Pablo Candela abogó por la idea de comunidad y tolerancia entre los vecinos. El párroco es consciente de la intolerancia que aún circula en sectores de la sociedad hacia los pueblos originarios o sus expresiones culturales. 

El padre Candela sonriente

Es que hasta último momento, la organización del festejo estuvo en vilo por la resistencia de un grupo de feriantes a ceder un sector de la rotonda de la plaza por donde debían desfilar las delegaciones. Para esta ocasión, vinieron delegaciones de bailarines y músicos de distintos puntos del país. Finalmente, las partes cedieron, primó la cordura y se llegó a un acuerdo. 

Durante la procesión, el padre Candela reconoció que hubo diferencias que saldar, pero quiso remarcar que Urkupiña hace tiempo dejó de ser , solamente, la fiesta de la comunidad boliviana, para “ser la fiesta de todo el barrio” Villa El Libertador. 

Las banderas argentina y boliviana “hermanadas” para el festejo

Luego de la misa, los fieles, con las imágenes de las vírgenes sobre los hombros, comenzaron la procesión que se extendió por varias cuadras del barrio. Se inició por Río Negro, doblaron por Gobernación hasta Chiclayo, volvieron a doblar hasta la avenida de Mayo y, desde la avenida principal, bajaron hasta la iglesia. 

La procesión era encabezada por el padre y miembros de la iglesia que, desde un carro y con una guitarra y micrófonos, entonaban canciones religiosas. Algunos vecinos salían de sus hogares y comercios para sacar fotos con sus celulares. 

El cuidado con que se decoran las réplicas

Al llegar a la Iglesia, cada familia colocó la imagen de su virgen sobre el atrio de la parroquia y comenzó la carga de bendiciones a cargo del cura. Fue un momento de oración, persignación y pedidos. 

El momento de las bendiciones

Mientras tanto, desde La Falda y la avenida de Mayo -que fue vallada en su totalidad- comenzaban a danzar los primeros grupos de caporales. El festejo se extendería hasta las 21 horas del sábado. 

 

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