La justicia de Córdoba condenó a la pena de prisión perpetua al asesino de Santiago Orellano, el joven de barrio Vicor muerto durante un partido de fútbol disputado en barrio Comercial el 22 de agosto del 2020.

Franco Tapia -autor del crimen- fue condenado por homicidio con alevosía y hurto calamitoso, porque después de dispararle en la nuca a Orellano le robó el celular del pantalón. Tapia pasará el resto de sus días en la cárcel. Hoy tiene 26 años. 

También fue condenado a seis años de prisión Mariano Rodriguez acusado de coacción y abuso de arma contra Marcos Rodríguez. A diferencia de Santiago que solo había ido como espectador al partido, Rodríguez fue como jugador y en momentos en que había sufrido una fractura de la tibia, el acusado le gatilló entre las piernas. 

Los episodios se registraron en el marco de la disputa de un partido de fútbol en barrio Comercial, donde se produjo una trifulca cuando el equipo visitante de barrio Vicor se imponía por 3 a 0. En ese momento, gente de Comercial invadió la cancha y provocó el hecho sangriento. 

Las condenas fueron impuestas por mayoría por un jurado popular en el contexto de la Cámara 5ta del Crimen el viernes 5 de agosto. 

El momento más conmovedor del juicio se registró esa mañana del viernes cuando los padres de Santiago dieron su alegato previo a la sentencia. También lo hicieron los acusados.   

Los padres de Santiago

Juan Orellano pidió al jurado que “espera que a estos delincuentes se le caiga con todo el peso de la ley” y reclamó la perpetua. Agregó que en su auto lleva siempre un balde con flores para ir a depositarla en la tumba de su hijo asesinado. 

Después le tocó el turno a Marina Chávez, mamá de Santiago, quien dijo -luego se lo diría en un video a La Décima- que “la misma bala que mató a mi hijo nos mató a todos nosotros, me perforó el alma y el corazón, porque no volvimos a hacer los mismos, nos ha costado horrores poder seguir viviendo”.

Le contó al jurado que su hijo “era un adolescente lleno de proyectos, faltaba tres meses y medio para que egresara y tenía pensado ingresar a la escuela de suboficiales. Era un chico sano, muy buena persona, hijo, compañero, excelente estudiante”, dijo.

En un momento, Chávez se arrodilló frente al jurado popular y con una foto de su hijo reclamó la prisión perpetua para Tapia al que consideró “un chacal, un cazador, que así como cazó a mi hijo, puede cazar la vida todos ustedes si lo sueltan”. 

Al momento de hablar, Tapia pidió disculpas a los padres de Santiago y admitió que cometió un error, pero Chávez le dijo a La Décima que no le creía porque “si él hubiese tenido un segundo de humanidad en el momento en que le pega -porque mi hijo no supo siquiera quién lo mató de atrás- no hubiera ido al acecho a robarle las cosas del bolsillo”. 

 

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