La Copa del Mundo de Estados Unidos en 1994 fue un torneo que dejó todo tipo de sensaciones. Sin ir más lejos, para Argentina la historia se acabó cuando a Diego Maradona le “cortaron las piernas” con aquel doping ante Nigeria. Lo que marcaría su adiós como jugador de la Selección y un golpe del que aquel seleccionado que conducía el Coco Basile no se pudo recuperar: se despidió en octavos de final tras un 2-3 contra Rumania.

El cambio de arco en el México vs. Bulgaria del Mundial 1994.

El cambio de arco en el México vs. Bulgaria del Mundial 1994.

Dos días después de aquel amargo adiós, y cuando Diego se tomaba el vuelo de regreso a una Argentina casi de luto, la competencia siguió y dejó uno de los hechos más curiosos de la historia de los mundiales. México y Bulgaria se cruzaban por la misma instancia en la cancha de los Giants, en East Rutherford (Nueva Jersey). El juego estaba 1-1, después de los goles de Hristo Stoichkov y del empate de Alberto García Aspe, de penal. Y en esa primera parte llegaría el hecho destacado.

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Marcelino Bernal, volante del Tri, despejó una pelota cerca de la línea y cayó dentro del arco, se enredó con la red y rompió el parante del palo derecho. El árbitro Jamal Al Sharif, de Siria, había frenado el juego pese a que los defensores mexicanos habían atado la red a una cámara para poder seguir. Pero la solución iba a llegar más que rápido: a los dos minutos y medio aparecieron dos operarios dentro de la cancha cargando un arco nuevo en sus espaldas. Y tardando sólo siete minutos en total lo habían cambiado, ante la sorpresa de todos.

Jorge Campos, atajó un penal ese día pero no alcanzó.

Jorge Campos, atajó un penal ese día pero no alcanzó.

Ni antes ni después se había visto un cambio de arco y mucho menos en tan poco tiempo. Por eso se llenó de elogios a la organización de un Mundial que estuvo más que a la altura. Poco relacionado con el fútbol, había muchas dudas sobre lo que sucedería en Estados Unidos. Lejos de eso terminó siendo uno de los torneos más recordados y hasta hoy el que más público asistió: un promedio de 69.000 espectadores por partido. Una locura y donde se construyeron los cimientos para la actual MLS que 28 años después no para de crecer.

El incidente también hizo recordar lo que había sucedido en la ceremonia inaugural, en la que Alemania le ganó ajustadamente 1-0 a Bolivia. En Chicago, parte del acto era un evento de la cantante Diana Ross que tenía que patear un penal, hacer el gol y el arco se abría a la mitad. Le pegó tan mal que le erró, pero la portería igual se rompió como si nada hubiera pasado y el show siguió.

Días antes de este partido Argentina se había quedado afuera post doping de Maradona (AP).

Días antes de este partido Argentina se había quedado afuera post doping de Maradona (AP).

Volviendo a México, créase o no, ese arco marcó un antes y un después. Porque tras el 1-1 en los 120’ fueron a penales. El Tri cayó bajo esos palos y comenzó la maldición que dura hasta la actualidad: siete eliminaciones seguidas en octavos de final de un Mundial. En la tanda, Jorge Campos se destacó, pero no fue suficiente. El arquero, de 1,70 m. de estatura y que había sido delantero, con su estridente buzo multicolor tapó un remate, pero sus compañeros fallaron tres y volvieron a casa. El primero en errar fue García Aspe, quien lo había metido en el partido y que en 1995 tendría un fugaz paso por River. Esa derrota generó mucha polémica. Porque el Tri tuvo un expulsado y jugó 60’ de los 120’ con uno menos. Aún así, el entrenador Miguel Mejía Barón no hizo ningún cambio y dejó en el banco al histórico Hugo Sánchez (tenía 35 años), máximo ídolo azteca que no entró ni para los penales.

Marcelino Bernal, el hombre que rompió sin querer el arco vs. Bulgaria.

Marcelino Bernal, el hombre que rompió sin querer el arco vs. Bulgaria.

Peor aún, desde ahí el karma mexicano fueron los octavos. Siguió en 1998 ante Alemania (1-2), en 2002 fue nada menos que contra su clásico, Estados Unidos, que sorprendió (0-2). Luego vinieron dos seguidas ante Argentina, en 2006 con el recordado gol de Maxi Rodríguez (1-2 en tiempo extra) y en el 2010 fue un 1-3 contra la Selección que dirigía Maradona. En 2014, Países Bajos lo dio vuelta en los 5’ finales y ganó 2-1 con un polémico penal que le hicieron a Robben. Mientras que en 2018 la despedida fue un 0-2 vs. Brasil después de haberle ganado 1-0 a Alemania en el grupo, pero condenados al segundo lugar tras un 0-3 contra Suecia.

De las siete eliminaciones en octavos, dos fueron ante Argentina. En 2010, con Maradona de DT (FOTO: JORGE SANCHEZ - FTP CLARIN).

De las siete eliminaciones en octavos, dos fueron ante Argentina. En 2010, con Maradona de DT (FOTO: JORGE SANCHEZ – FTP CLARIN).

Ahora, en Qatar, el Tri que dirige el cuestionado Gerardo Martino será el segundo rival de Argentina. En primera medida tendrá como objetivo llegar hasta octavos en una zona dura también por la Polonia de Lewandowski. Y, en caso de conseguirlo, sí buscará poder romper esa barrera de los octavos que se hizo una costumbre.

Aquella Copa de 1994 dejó varias perlitas. Sin ir más lejos, el Grupo E que integró México terminó con los cuatro equipos igualados con cuatro puntos. México pasó como primero por haber hecho más goles, Irlanda como segundo, Italia clasificó como uno de los mejores terceros y pagó Noruega, que se quedó afuera por haber convertido menos. Otra cuestión fue que todos los partidos se jugaron de día, bajo un calor infernal.

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Y mucho lo sufrieron los equipos que jugaron en el estadio Pontiac Silverdome de Detroit, el primero en ser totalmente techado en albergar un juego de Copa del Mundo. ¡El aire no circulaba y las temperaturas eran altísimas! Así, hubo quejas hasta de los propios futbolistas de la selección yanqui… Todo lo contrario a lo que se verá en Qatar, donde los estadios tienen refrigeración propia.

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Y sobre el tema sedes, hace semanas la FIFA hizo oficial los 16 estadios donde se disputará el Mundial de 2026. Tres serán en México y dos en Canadá, mientras que los 11 restantes son en Estados Unidos y no fueron seleccionados ni el de Chicago (donde fue el inaugural 94) ni el Rose Bowl de Los Ángeles donde se disputó la final. Primera y única que terminó 0-0 y también primera en definirse por penales. Por esa vía Brasil le ganó a Italia con el recordado fallo final de Roberto Baggio.

Baggio erró el penal decisivo para Italia y Brasil fue campeón en Estados Unidos (REUTERS).

Baggio erró el penal decisivo para Italia y Brasil fue campeón en Estados Unidos (REUTERS).

¿Y qué pasó con Bulgaria?

Vivió el mejor momento futbolístico de su historia. Allí ganó los únicos tres partidos de los 26 que disputó en siete Copas del Mundo. Un 3-0 ante Nigeria, un 2-0 vs. Argentina (apenas sabido el doping de Diego) y un 2-1 con batacazo total contra Alemania, en cuartos. Finalmente los búlgaros serían 4° tras caer en semis vs. Italia, y ante Suecia por el tercer lugar. La figura era Stoichkov, hombre del Barsa de Cruyff y de gran relación por entonces con Diego. “Dios es búlgaro”, llegó a decir en ese 1994, así como se enojó feo con sus compañeros porque no lo ayudaron a ser goleador en solitario en el tercer puesto (0-4). Terminó como artillero con seis gritos, los mismos que Oleg Salenko (el ruso le hizo cinco a Camerún pero no le alcanzó para pasar de ronda). Historias de aquel Mundial del que en México se acuerdan por el arco maldito…

Hristo Stoichkov fue figura de Bulgaria y goleador del Mundial 1994. Hizo el gol para eliminar a Alemania en cuartos (REUTERS).

Hristo Stoichkov fue figura de Bulgaria y goleador del Mundial 1994. Hizo el gol para eliminar a Alemania en cuartos (REUTERS).

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