Más de veinticinco años después volvemos al fatídico rodaje del remake de ‘Les Vampires‘ en ‘Irma Vep‘, nueva versión de la película de Olivier Assayas de 1996 que llega a HBO Max en formato miniserie. Y, atención, porque tenemos una de las ficciones más atractivas del año.

Con el propio Assayas al guion y la dirección, y Alicia Vikander (‘Operación U.N.C.L.E‘) como la protagonista, nos trasladamos a París para meternos en los entresijos del rodaje de una serie (o película de ocho horas) basada en el serial mudo francés.

Autoconsciente de su condición de remake

Lo primero que llama la atención de ‘Irma Vep’ es lo autoconsciente que es del hecho de que es un remake y juega con eso (y es autorreferencial en lo que René Vidal ya hizo un ‘Irma Vep’ y se casó con su protagonista) en lo que nos mueve por el ya típico comentario de Assayas sobre la industria del cine, esta vez con algo de esteroides.

Un mundo al que entramos a través de Mira, el personaje de Vikander, como la protagonista de esta producción. Para ella es un cambio de aires en una época en la que está ya cansada de grandes blockbusters (justo la pillamos en plena promoción de su última cinta) y cree que un proyecto como este, más alejada de grandes estudios, será un soplo de aire fresco.

Si la película de 1996 giraba entre otras cosas con el concepto de pez fuera del agua (con Maggie Cheung siendo este pez), más de dos décadas después la industria ha cambiado mucho y es cada vez más frecuente los repartos y las coproducciones internacionales. En este sentido el choque cultural es relativamente menor en el peso de la historia.

Lo que no quiere decir que no veamos a Mira cambiar y adaptarse. Poco a poco (y ya desde la primera prueba de vestuario), irá dejando de ser su faceta de niña buena y obediente, prefabricada al molde hollywoodiense, a mostrar su lado rebelde y desmelenado en medio de un rodaje cada vez más caótico.

A esto le acompaña un director (Vincent Macaigne), con problemas de ansiedad y depresión, maniático, obsesionado con seguir al pie de la letra el guion y resignado al hecho de que su «película» (dividida en ocho episodios, toma dardo a la difuminación de la línea entre cine y televisión) se verá en, eso, en una tele en vez de en pantalla grande.

Una miniserie ingeniosa pero que no invita a reflexionar

Irma Vep Vampires

A pesar del ingenio de Assayas con la puesta en boca de los personajes de muchos de los debates que hay hoy tanto en la vida real como en filmtwitter, a veces quedan más como comentarios al aire que como algo que invite a la reflexión. Es algo básico, pero no descuadra en absoluto con el tono de ‘Irma Vep’.

En cierto sentido, ver a los diferentes personajes que pululan por este rodaje, cada uno con sus neuras y su modo de trabajar y de entender la industria, es casi como estar ante los Logan de ‘Successionpero con algo menos de «hijoputismo» y profundidad. Por lo menos en ese tono de drama algo satírico que comparten.

Pero Assayas logra que esos peros que le podemos poner a ‘Irma Vep’ resulten poco importantes debido a su magnífico trabajo de dirección, que nos mete en este mundo cinematográfico del modo lo más natural posible.

El resultado final es que ‘Irma Vep’ es una de las propuestas más únicas de lo que llevamos de año: una miniserie astuta y metatextual que con mucho ingenio explorar los entresijos del cine en lo que no pierde de vista la evolución de sus personajes.

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