Durante mucho tiempo se ha considerado al desayuno como la comida más importante del día. Se ha demostrado que lo que comemos y bebemos después de despertarnos tiene un gran impacto en el rendimiento cognitivo, estado de ánimo y niveles de energía a lo largo del día. Y también influye en tu deseo de acelerar el metabolismo si estás inmersa en un plan para quemar calorías y perder peso.

La investigación muestra que el desayuno juega un papel aún más importante en nuestra salud general de lo que se pensaba. Así, las personas que hacen un gran desayuno queman el doble de calorías en comparación con las que comen una cena más abundante, según un estudio publicado en «The Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism». También experimentan menos antojos, particularmente de dulces, y tienen niveles más saludables de azúcar en sangre (glucosa) e insulina a lo largo del día.

El metabolismo es más activo después del desayuno

Los investigadores descubrieron que, en promedio, la termogénesis inducida por la dieta de los participantes en el estudio era 2,5 veces más alto después del desayuno que después de la cena, lo que esencialmente muestra que el metabolismo de las personas es más activo después de la comida de la mañana. Además, comer un desayuno alto en calorías se vinculó con menos ataques de hambre y antojos de dulces durante todo el día.

En comparación con un desayuno más abundante, es más probable que un desayuno bajo en calorías favorezca el consumo de snacks durante el día. Además, quienes toman desayunos más livianos tienden a realizar comidas más abundantes en la cena, según los investigadores. Al tiempo, la insulina, una hormona que ayuda a convertir los alimentos en energía, y la glucosa en la sangre, que se usa para obtener energía, también parecen ser más bajas después del desayuno en comparación con lo que ocurre tras la cena.

Los hallazgos pueden ser especialmente relevantes para las personas que buscan perder peso y para quienes poseen niveles de glucosa en sangre más altos de lo normal. «Nuestros resultados confirman que una gran cena tiene efectos particularmente negativos sobre la tolerancia a la glucosa, lo que debe ser considerado por los pacientes diabéticos que buscan evitar los picos de glucosa en sangre», afirmaron los investigadores en el estudio. «Por lo tanto, se debe preferir un desayuno abundante a las cenas abundantes para reducir el riesgo de enfermedades metabólicas», agregaron.

Saltarse el desayuno ralentiza el metabolismo

Según los investigadores, escatimar en el desayuno es una práctica dietética común que intentan muchas personas con la esperanza de perder peso. Pero la investigación ha demostrado que las personas que comen menos en el desayuno a menudo comen más y en exceso más tarde en el día, lo que frustra sus objetivos de pérdida de peso en parte debido a una tendencia mental que lleva a compensar las calorías perdidas.

Como muestra el estudio, la tasa metabólica se ralentiza por la noche, lo que hace que el cuerpo tenga que trabajar más para digerir los alimentos y quemarlos como combustible. Importa un desayuno equilibrado que incluya cosas como frutas, huevos, avena y yogur, y evite los alimentos procesados como pasteles y cereales azucarados. Estos se absorben más rápidamente y pueden hacer que los niveles de azúcar en la sangre aumenten. No se trata de atiborrarse con alimentos que no necesitas, sino desayunar abundante pero bien.