La risa es algo maravilloso. En muchas ocasiones se trata de la mejor medicina, utilizándose en disciplinas como el yoga (por no hablar de que algunos estudios afirman que ayuda a adelgazar). Sí, la risa es algo increíble pero también puede estar relacionada con características negativas, cuando se convierte en un acto incontrolable y aparece en los momentos más inoportunos. ¿Has visto la película Joker? Si es así recordarás su risa nerviosa en cualquier momento, aunque la situación no lo justificase.

Conocida como Síndrome pseudobulbar, la afección que sufre el personaje se debe a una
lesión cerebral que desconecta las emociones de los movimientos de la cara. Lo que falla es la representación motora de las emociones, sin que tenga que ver con ningún trastorno psicológico ni psicopático. La gestualidad se dispara a destiempo o desincronizadamente, y no solo la risa, sino también otras emociones como también el llanto. Un afectado puede llorar al oír un chiste, reírse en un funeral o por nada o, igualmente, no reaccionar de ninguna manera, no poder dar salida física a sus emociones.

¿Y por qué ocurren estas cosas? Se trata de una anomalía cerebral. Los movimientos más básicos del ser humano se originan de forma directa de neurona a neurona, pero los más sofisticados o los que ocurren como respuesta a lsa emociones son el resultado de la reagrupación de las neuronas en estructuras más sofisticadas. Todo esto se desarrolla de modo reflejo, sin intervención del intelecto o de las emociones. En el caso del Síndrome Pseudobulbar, se alteran el territorio cortical o las uniones entre la corteza y los núcleos motores, que son los responsables de las carcajadas o de sacar la lengua para hacer una broma. Eso sí, la lesión ha de ser bilateral, es decir, producirse en las dos partes del cerebro, lo que no es habitual, por lo que estamos ante un síndrome muy poco común.

Al tratarse de una
lesión cerebral y no de un problema psicológico o psiquiátrico, no existe tratamiento específico para este síndrome, aunque comienzan a surgir ciertos farmacos cuya eficacia no está demostrata. Al tratarse de una lesión con repercusiones sociales, los médicos recomiendan que lo mejor es que el enfermo lo diga para evitarse la presión cuando surgan momentos incómodos.

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