Gallardo no quedó conforme. No del todo: River ganó, sí. Y eso lo puso contento porque la victoria 2-1 le permitirá “encarar con un poquito más de margen los partidos que vienen”. Pero en el análisis minucioso, su equipo no cumplió con sus estándares mínimos de calidad, con algunas excepciones como la jugada que derivó en el golazo de Matías Suárez. Una combinación colectiva que se cerró con una sincronización entre Enzo Fernández y Juanfer Quintero, autor de la asistencia al cordobés.

Mirá también

Ese oasis de juego en pleno flujo desértico fue lo que llevó al Muñeco a terminar quedándose con algo más que los tres puntos. Con un éxito conceptual. “Fue un partido difícil de jugar, incómodo, con muchos errores…”, observó. “Me voy contento con el resultado pero no con las formas. Lo único que rescato es la victoria y el gol de Suárez, que demuestra nuestra jerarquía”, resaltó, valorando ese intento de combinación que fue ajeno al juego de un River que este domingo careció de la intensidad constante que acostumbra mostrar y que, por ende, permite doblegar por tensión a los equipos a los que se enfrenta.

“A veces no se puede ganar siempre siendo muy superior a los rivales”, planteó Gallardo. Un razonamiento lógico pero que no deja de tener una doble lectura: esta clase de éxitos deben ser una rareza y no una regla.

Mirá también

Ahora bien: el Muñeco también comprende que si River logró ganarle a Banfield ese partido “difícil de jugar” fue porque encontró una solución en el banco de los suplentes. El ingreso de Juan Fernando Quintero le quitó previsibilidad a los ataques visitantes, quitándole referencia al rival. Su pase delicioso a Suárez avaló la afirmación que el entrenador de River -poco afín a los elogios individuales- le dedicó después de embolsar los tres puntos en la noche otoñal del Flroencio Sola.

Mirá también

“Juanfer es nuestro jugador franquicia, siempre de él voy a querer mas continuidad en su juego. El rol que tiene en el equipo lo entiende muy bien”, ponderó el juego del #10, quien trabajó para poder regresar del fútbol chino para recuperar una plaza en ese lugar donde se siente feliz, y con el entrenador que además lo hizo sentir importante. Es, Quintero, ese privilegiado que le permite a River quedarse con partidos como el de anoche o el que trabajó para ganarle a Newell’s. Si el Muñeco abraza su presencia es porque es capaz de darle satisfacciones aun en pleno disconformismo.

Los goles del partido

Mirá también

Mirá también

Mirá también

Mirá también

Mirá también

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here