Pasaban los partidos, pasaban los resultados y Belgrano cada vez se despegaba más y más en lo alto de la tabla de posiciones de la Primera Nacional. Pero San Martín quería romper con la racha positiva que venía teniendo el único puntero. Y cuando parecía que lo iba a conseguir, Quilmes reaccionó a tiempo y le robó un buen punto que se festejó mucho en Córdoba.
Los roles quedaron bien definidos en el comienzo del encuentro. Uno priorizó ser directo, el otro tener un juego más elaborado. Cada uno con sus armas, cada uno con sus propias complicaciones. Ambos contaron con situaciones de peligro en el primer tiempo para dejar atrás la paridad, aunque la falta de puntería les jugó una mala pasada.
El Ciruja fue el que estuvo cerca de golpear en el inicio del primer tiempo. Lo hizo con Diego Sosa, el jugador más desequilibrante en ataque. Porque el delantero estrelló un remate en el travesaño y, luego, Martín Perafán le ahogó el grito tras una buena jugada colectiva.
Por otra parte, el Cervecero prefirió ser más efectivo en el uso de la pelota: apostó por buscar a Mariano Pavone y a Federico González, sus hombres de experiencia, a través de los pelotazos. Y fue el ex Tigre el que casi grita en dos oportunidades: primero contó con un cabezazo que se fue cerquita y después con un tiro que le dio mordido.
Todas las complicaciones que mostraron los dos en el PT para quebrar la paridad fue resuelta por la calidad de Tino Costa. Con sus 37 años a cuesta y una carrera exquisita que contó por pasos en Valencia, Genoa y Fiorentina, entre otros, al volante le alcanzó un tiro libre para exponer su gran pegada: bombazo bajo para camuflarse entre varias piernas y poner el 1-0.
En el complemento, el Santo estiró la diferencia con una nueva participación de Costa, que asistió a Lucas Diarte. Sin embargo, la gran figura salió de la cancha, San Martín retrocedió y Quilmes lo terminó aprovechando con una ráfaga: dos goles en pocos minutos y buen punto.
Sí, fue una de piratas…
