El 10 de agosto París se revolucionó. Lionel Messi pasó a ser jugador del PSG en medio de una fiesta popular. Siete meses después, ni el más pesimista se hubiera imaginado que el Parque de los Príncipes iba a silbar y abuchear al último ganador del Balón de Oro. Pero es real. Lo que todos allí soñaban con tener ese gran equipo que ganara la Champions se cortó con la dura eliminación ante el Real Madrid en octavos y por cómo fue: un 2-0 a 2-3 en 17 minutos plagados de errores. Y la reacción de los fanáticos no fue apoyar al equipo sino todo lo contrario: pedir la salida de los dirigentes, criticar al técnico y silbar a las estrellas como se vio en la previa y durante el partido del domingo vs. Bordeaux.

Leo, en el partido ante Bordeaux de los silbidos (REUTERS).

Leo, en el partido ante Bordeaux de los silbidos (REUTERS).

Unas imágenes que dieron la vuelta al mundo y que generaron la sorpresa de ver que silbaban a Lionel Messi. Y claro, con ello también crecieron un montón de rumores acerca del futuro, un futuro que ya empieza a jugarse en el club pese a que todavía faltan 10 fechas para que se termine la Ligue 1 en la que llevan 15 puntos de ventaja pero que no es ningún consuelo.

El lunes, la novedad fueron las pintadas que aparecieron en las afueras del estadio, pidiendo nuevamente la marcha del jeque Al Khelaïfi y de Leonardo, el director deportivo que ya tiene las horas contadas. Lo mismo sucede con Mauricio Pochettino, sabiendo que es casi un hecho que no seguirá la próxima temporada. Por eso surge la pregunta. ¿Qué pasará con Messi en el Paris Saint-Germain?

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Ante un clima tan hostil, Leo eligió el silencio. Tanto dentro de la cancha con un correcto rendimiento en el 3-0 como después, sin ninguna aparición pública en redes sociales a diferencia de por ejemplo Neymar, el más insultado, quien eligió subir fotos apoyándose en su familia. Este lunes el plantel tuvo día libre y este martes retornará a las prácticas pensando en el duelo del domingo visitando al Monaco en el Principado. La última escala antes de venirse a Argentina para la doble fecha final de las Eliminatorias ante Venezuela (viernes 25 en la Bombonera) y Ecuador (martes 29 en Guayaquil). Ideal para recuperar un poco el afecto, el cariño de la gente que seguramente se multiplicará después de todo lo que le tocó vivir a Lionel. También se viralizó la foto de Antonela en la tribuna durante el partido, mordiéndose el labio no pudiendo entender los silbidos para su marido.

¿MESSI Y EL BARSA?

Messi tiene contrato con los parisinos hasta junio del 2023 y pese a rumores que circulan en España, no hubo contacto para un regreso al Barcelona, de hecho las relaciones con los directivos quedaron muy frías después de la abrupta salida en agosto cuando no le renovaron. Es cierto que tras la eliminación contra el Real Madrid el propio Xavi contó que tuvo una charla. “Tengo relación de amistad con Messi y le he mandado ánimos”, dijo el entrenador del Barcelona, pero se debe más a lo afectivo que a un posible regreso justo cuando los catalanes están levantando el nivel tras el cimbronazo que significó la salida del histórico 10.

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Curiosamente al revés de lo que vivió el rosarino desde que cambió de equipo. “Todo en el club coincide con mis ambiciones futbolísticas. Sé lo talentoso que es el equipo y el cuerpo técnico. Estoy decidido a ayudar a construir algo especial para el club y los hinchas”, había dicho Leo en sus primeras horas en el fútbol francés. Ahora esas ambiciones se deben renovar.

¿Y CON EL RESTO?

Al tema dirigencial y de conducción le queda resolver qué pasará con otros jugadores importantes. A Kylian Mbappé (el único que recibió aplausos) le quieren renovar pero su salida libre al Real Madrid en junio parece ser lo más probable. ¿Y Neymar? Sus historias de amor y odio con el club hoy pasan el peor momento: fue el más insultado y, después de cinco años, podría ser el final pese a que su contrato vence recién en 2025. Tampoco la continuidad de un histórico como Ángel Di María está asegurada: se le vence su vínculo ahora y por ahora no hay novedades. Es decir, todo está en veremos en un PSG que deberá definir nuevos rumbos para recuperar la ilusión perdida.

Futuro incierto para el tridente (AFP).

Futuro incierto para el tridente (AFP).

Por ahora, para Messi y para los parisinos no queda otra que esperar que el tiempo cure las heridas. Para Leo el golpe con la Champions fue muy fuerte. Un mazazo más en esa Orejona que ganó cuatro veces pero que desde 2017 en adelante sólo suma grandes decepciones: un 0-3 vs. Juventus en cuartos, del 4-1 al 0-3 con Roma en cuartos, la famosa semi vs. Liverpool de 3-0 a 0-4, el histórico 2-8 vs. Bayern Munich y la última con el Barsa fue un 1-4 también en octavos y sí, contra el PSG. Ahora justo el Real Madrid le negó el sueño/obsesión que año tras año se le volvió en contra a los parisinos que no aguantaron más e hicieron el famoso “que se vayan todos” pero a su estilo…

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Una realidad de la que Leo buscará despejarse cuando venga para la semana con la Selección, en Ezeiza y para estirar el gran momento de la Scaloneta en la recta final rumbo al Mundial de Qatar en noviembre. Después de un inicio en la que adaptación le costó, también las lesiones y los viajes, ahora que el 10 jugó nueve partidos completos, el PSG está en crisis con silbidos y un futuro a resolver.

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