La autoestima, según la RAE, es la “valoración generalmente positiva de sí mismo”. Pero sabes que eso, queride, no es tan exacto porque tener una valoración positiva de nosotros mismos no es algo que abunde.

La capacidad de valorarse a sí mismo y apreciarse, es vital para la vida también si hablamos del terreno sexual. Por eso hoy te hablamos de la autoestima sexual.

Qué es la autoestima sexual

Cuando hablamos de autoestima sexual lo hacemos sobre la valoración que tenemos de nuestra persona en diferentes aspectos sexuales que van desde cómo nos sentimos con nuestro propio cuerpo a cómo nos comportamos sexualmente, lo merecedores o no que somos de recibir placer o lo que pensamos que nuestra pareja sexual percibe por poner algunos ejemplos tal y como explica el psicólogo Nahum Montagud Rubio.

Una autoestima sexual positiva nos permite proponer cosas nuevas a nuestra pareja sin avergonzarnos (posturas, juguetes, prácticas…), nos permite dejarnos llevar por nuestras fantasías y nos posibilita disfrutar más y mejor del sexo sin preocuparnos por cómo nos ve nuestra pareja, por ejemplo.

El bienestar y el amor propio si hablamos de sexualidad es tan importante como el deseo o el placer. Si la percepción sexual hacia nuestra persona falla, no nos sentiremos a salvo y con confianza para disfrutar de las relaciones sexuales.

No podría ni contar la cantidad de veces que en la cama he pensado “ojalá no esté viendo mi michelín ahora mismo” en lugar de disfrutar del momento de placer que cualquier encuentro sexual consentido debería provocar. Las veces que he preferido apagar la luz por vergüenza o que me he contenido para que no pensaran mal de mí. Las veces que he pensado que no era suficiente en la cama o que no era tan atractiva como para que otra persona me desease.

Cuando he(mos) pensado “no voy a decir lo que me apetece hacer ahora porque va a pensar que soy (inserte aquí la palabra guarrx, por ejemplo)” en lugar de dejarme llevar por lo que me apetecía en ese momento y dar valor a mis deseos sexuales.

Incluso (y mucho más a menudo) al contrario, expresando lo que no me gusta solo por el hecho de que no me juzguen. Y aunque sentir algo de inseguridad es algo normal sobre todo con nuevas parejas sexuales o a la hora de introducir novedades en nuestras relaciones, tal y como explica la psicóloga y sexóloga Sonia Encinas, si dejamos que nos domine puede acarrearnos problemas como la ansiosexualidad por ejemplo.

Cómo mejorar la autoestima sexual

Piensa en Euphoria, cuando Kat se decidió a cambiar su forma de pensar sobre su persona y esa seguridad la reconectó con ella misma y la ayudó a relacionarse con otros. Además de acudir a un profesional experto en psicología o sexología, hay ciertos consejos que pueden ayudarnos a trabajar la autoestima sexual y ganar confianza dentro y fuera de la cama, y que son avalados por el equipo de psicólogas y sexólogas de Platanomelón.

Conocernos mejor aumenta nuestra autoestima sexual

Parezco una pesada diciendo una y otra vez lo mismo, pero es que “voy a conocerme para aprender a quererme” debería ser un mantra que repetir. La autoexploración es vital para mejorar nuestra autoestima sexual. Conocer tu placer, tus zonas erógenas, y no juzgarte por lo que deseas es el primer paso.

Tal y como explica la sexóloga y psicóloga María Esclapez en su libro Inteligencia sexual, «es el momento de que te toques, te oigas, te veas, te huelas, te saborees y te sientas. Igual que un pintor conoce sus […] herramientas, tú has de conocer las tuyas, en este caso tu cuerpo. La finalidad es considerarlo tu herramienta sexual.»

Puede apoyarte con juguetes sexuales como el Satisfyer el Sila de LELO, con tus manos, usando mucho la imaginación o con lo que te apetezca. Da igual qué te gusta y cómo te gusta. No hay nada raro en el sexo siempre que se haga desde el respeto, la confianza, el consentimiento y la honestidad. El positivismo sexual es la mejor baza para conseguirlo.

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Aprende a aceptarte y valorarte

Podría decirte “valórate” como quien dice “anímate” cuando le dices que tienes depresión. Serviría para lo mismo: para nada. Hay quien dice que la autoestima se construye con paciencia y compasión, y es trabajo es largo pero no imposible. Podemos comenzar por querer nuestro cuerpo, uno de los grandes perjudicados de una autoestima (sexual o no) baja.

Nuestra compañera y psicóloga Iria Reguera nos dió ya tres claves para aprender a querer y a tratar bien a nuestro cuerpo: poner en valor lo que nos gusta de nuestro cuerpo, pararnos a percibir el placer que nuestro cuerpo siente y repasar nuestro cuerpo en un contexto agradable.

Más allá del cuerpo, tener una valoración positiva de nuestra persona es una manera de aportarnos confianza. Piensa en todo lo bueno que tienes y haz una lista. Hasta las cosas más pequeñas suman, aunque sea que eres la que mejores galletas de chocolate hace del mundo. Cada cumplido que te aceptas, es un pasito más hacia la aceptación.

Decir “no” es sexy

Ojalá tuviera una receta mágica para que la asertividad entrase en tu vida y poner límites de una forma firme y sin culpas fuera algo sencillo para todos. Pero tranqui, que aprender a decir que no, es posible si seguimos lo que nos dijeron los psicólogos y comenzamos por eliminar el miedo de la ecuación si hablamos de relaciones sexuales. Si una pareja se molesta o te “deja” porque le digas que no quieres hacer algo en la cama, borra cassette, porque amor, esa persona no mola nada.

Poner límites y decir que no es sexy. Y digo más: tu placer importa tanto como el de cualquiera. No tienes por qué hacer nada que no te apetezca, recuerda que una persona sola puede disfrutar tanto (o más) que acompañada.

Dejarte llevar y centrarte en las sensaciones

Estar presentes y evitar el spectatoring en el momento en que tenemos relaciones (ya sea en soledad o con compañía), es una manera de disfrutar más y de dejar de pensar en que esa braga te hace lorza o en si le molestará o no que tengas pelo en la axila. Dejarse llevar por las sensaciones y poner la mente en blanco centrándonos por ejemplo en lo agradable que es su calor cerca de nuestro cuerpo, es una forma de no pensar. Y sí, también nos sirve para los ratos en soledad.

Céntrate en la música, en el olor de la vela que tienes encendida, en cómo se eriza tu piel cuando te acaricias entre los muslos. Céntrate en ese remolino de sensaciones que tienes entre las piernas, en la electricidad recorriéndote, en tu cuerpo. El placer está para disfrutarlo y no para cuestionarlo, y cuando lo consigas hacer sin compañía, con esta te resultará más sencillo.

Nota: algunos de los enlaces aquí publicados son de afiliados. A pesar de ello, ninguno de los artículos mencionados han sido propuestos ni por las marcas ni por las tiendas, siendo su introducción una decisión única del equipo de editores.

Fotos | Euphoria, Giphy