Las protestas iniciadas por camioneros en Canad se van reproduciendo en otras partes del mundo Foto AFP
Las protestas iniciadas por camioneros en Canadá se van reproduciendo en otras partes del mundo. Foto: AFP

La policía canadiense realizó con éxito este domingo un operativo para desalojar y arrestar a camioneros que desde hace días bloqueaban el puente Ambassador, un paso fronterizo clave entre Estados Unidos y Canadá, en un nuevo intento de poner fin a una protesta contra las restricciones por el coronavirus que también se verificó en otros países, como Francia y Nueva Zelanda. En Francia, la policía de París mantuvo este domingo un fuerte despliegue, al día siguiente de detener a casi 100 personas durante una gran protesta contra el certificado de vacunación anti-Covid inspirada en otra de camioneros de Canadá que se expandió ya a otros países.

La policía canadiense tuiteó que había empezado a arrestar a manifestantes y a remolcar vehículos cerca del puente Ambassador, que une la ciudad canadiense de Windsor, en la provincia de Ontario, con la estadounidense de Detroit, en el estado Michigan, el cruce fronterizo más transitado hacia Estados Unidos, mientras las protestas continuaban en Ottawa.

«No habrá tolerancia para la actividad ilegal», aseguró la policía de Windsor y pidió a la gente que evitara el área, informó la agencia de noticias AFP.

Más de 40.000 viajeros y camiones con mercaderías valuadas en 323 millones de dólares en promedio pasan por ese puente todos los días.

El operativo comenzó el sábado por la mañana. La policía antidisturbios hizo retroceder a una parte de quienes ocupaban el cruce fronterizo y despejó un tramo del puente, para luego lograr que el tránsito fuera restablecido.

La maniobra de desalojo se puso en marcha en virtud de una decisión del Tribunal Superior de Ontario, que ordenó asegurar la libre circulación por ese cruce y poner fin a un bloqueo que empujó a Washington a intervenir ante el gobierno canadiense, ya que generó trastornos en la industria automotriz en ambos lados de la frontera.

La protesta en Canadá comenzó a fines de enero en Ottawa y está motorizada por camioneros que se oponen a tener que vacunarse contra la Covid-19, testearse o aislarse para poder cruzar la frontera con Estados Unidos.

Las movilizaciones de Canadá inspiraron iniciativas similares en otros países.

En Francia, la policía de París tuiteó que mantenía «el dispositivo este domingo» para impedir que los manifestantes, procedentes de todo el país, bloquearan la ciudad en su denominada protesta de «caravanas de la libertad».

Unos 300 vehículos con banderas francesas se plantaron en el estacionamiento de un centro comercial en las afueras de Lille, una ciudad cercana a la frontera con Bélgica. Algunos policías estaban presentes mientras seguían llegando vehículos.

«Iremos a Bruselas para intentar bloquear, para luchar contra esta política de control permanente», manifestó Jean-Pierre Schmit, un desempleado de 58 años de Toulouse, que se movilizó el sábado en París.

Unos 7.500 miembros de las fuerzas de seguridad francesas estaban movilizados, desde el viernes y hasta el lunes, para cuando está previsto que las marchan lleguen a Bruselas, sede de muchas de las instituciones de la Unión Europea (UE).

En tanto, las autoridades belgas ya prohibieron cualquier manifestación motorizada para evitar «un bloqueo» de la ciudad.

A dos meses de las elecciones presidenciales en Francia, los manifestantes exigen la eliminación de la obligatoriedad del certificado de vacunas, que solo permite a las personas inmunizadas entrar en restaurantes, cines y otros comercios, y que el gobierno dijo que quiere suprimir para abril.

Protestas similares hubo en Países Bajos, Australia y Nueva Zelanda. En este último país, manifestantes antivacunas continuaban este domingo acampando frente a la sede del Parlamento, en Wellington, a pesar del paso de un ciclón con vientos de hasta 130 kilómetros por hora, que causó apagones y evacuaciones en el país.

El viceprimer ministro, Grant Robertson, dijo a Television New Zealand que había un «elemento triste» en la protesta en la ciudad capital de Wllington, la cual entró este domingo en su sexto día.

«Todo neozelandés tiene el derecho de protestar pacíficamente, el problema es que fueron mucho más allá de eso», comentó, informó la agencia de noticias AFP.

«Encuentro que la retórica de estas protestas es preocupante., hay un elemento triste, hay un elemento de teoría conspirativa que absorbió a la gente», señaló.

La policía detuvo la semana pasada a 122 personas en un intento de terminar la protesta, pero más bien reforzó la determinación de los manifestantes.

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