Carlos Daniel Bustos es un vecino de Villa El Libertador cuya vivienda fue declarada inhabitable por Defensa Civil.

Desde hace más de un año, es decir desde el 6 de febrero de 2020, fecha del alta de su denuncia, que Carlos duerme con un ojo entreabierto. ¿Por qué? Porque teme que se le caiga el techo encima.

“A la noche no hago más que pensar que se puede caer el techo porque está muy rajado”, cuenta a La Décima.

Su casa de Carmelo Ibarra 1476, entre Congreso y Las Cañas, es precaria y está rajada por todos lados. Donde más daño se advierte es en el techo cuyo revoque se ha venido desmoronando. “Le tuve que poner unos caños para desagotar el agua porque me llovía adentro”, cuenta.

“Presenta grietas verticales y horizontales que separan la pared del techo, hundimiento de pared completa, desprendimiento de revoque y pozo negro hundido. Allí viven dos adultos y un menor”, dicen las observaciones contenidas en la foja Eventos Defensa Civil. Su caso es de prioridad “Rojo”.

Carlos cuenta que peregrinó por el CPC 6, el ministerio de Desarrollo Social y Defensa Civil para dar con ayuda que la permita reparar su casa.

No hay programa ni plan que contenga la demanda de las personas como Carlos, más allá de la intervención técnica de rigor para verificar el daño. Hecho esto, queda la nada.  

“Me fueron llevando de un lado a otro, me cansaron”, dice el vecino. “Lo único que pido es que me ayuden con unas chapas y materiales”, detalla.

Carlos vive con su mujer y su hijo de 12 años. Su único ingreso es como afilador de cuchillos. Todos los meses necesita casi siete mil pesos para comprar un medicamento para su niño.

“Solo pido que me ayuden con unas chapas”, insiste ante La Décima.

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