No nos cansamos de repetirlo: en nuestra casa, el tamaño no importa. Con la decoración como aliada y unos cuantos trucos muy efectivos, podemos conseguir que nuestro pequeño apartamento parezca una mansión. Bueno, quizá hemos exagerado y seguimos soñando con esta casa impresionante en los Hamptons, pero créenos si te decimos que gracias al (buen) uso del color y la luz, los metros cuadrados de nuestro hogar se multiplicarán como por arte de magia.

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Aunque parece que los próximos meses el azul fresco marcará la tendencia cromática en decoración, el blanco siempre será nuestro mejor aliado para conseguir dotar de mayor amplitud a los espacios de nuestro hogar. «Usar el blanco como (casi) único color es siempre apuesta segura. Hace que los espacios sean más luminosos, acogedores y atemporales», nos recuerda la arquitecta Helena Martín, de Estudio Helena Martín. Eso sí, «para evitar que sean aburridos, debemos generar texturas y relieves; usar revestimientos de pared, molduras de pared o techo, pinturas con textura… Un solo color con muchos acabados distintos» es la clave, nos recomienda, además de aportar calidez con acabados en madera natural o plantas de interior, por ejemplo.

FOTO: ESTUDIO HELENA MARTÍN

Siguiendo la regla 60-30-10 para combinar bien los colores, podremos elegir el resto de tonos que completarán la decoración de nuestro hogar, las pinceladas que marcarán la diferencia y aportarán estilo, tendencia y ese toque especial y personal. «La continuidad en la gama cromática funciona muy bien porque unifica los espacios haciéndolos parecer más grandes, pero esto no significa que haya que centrarse en un solo tono. Podemos partir de un blanco muy claro como color general e ir usando blancos algo más oscuros en la misma paleta para otros elementos, como muebles lacados, puertas, etc.«, nos explica Helena Martín.

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Por último, no podemos olvidar que el tándem (buena) iluminación-blanco es infalible, ya que los tonos claros consiguen que la luz del exterior se refleje en las superficies y aumente la luminosidad del espacio. Huir de los espacios recargados que obstaculicen el paso natural de los rayos del sol es clave, pero apostar por una decoración en colores claros no es sinónimo de caer en la frialdad del ‘efecto hospital’. «Aunque de primeras siempre pensemos en blanco nuclear, el color tiene mil tonos diferentes que se adaptarán a los gustos de cada uno«, asegura Helena Martín que, además, nos recomienda que »para elegir el tono perfecto, lo mejor es usar una carta RAL o una NCS, donde hay mucha variedad cromática. Al usar un color definido en lugar de uno hecho en obra nos aseguramos el repintar en un futuro sin parches«.

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