Treinta y un minutos. Ese fue el tiempo que necesitó Almirante Brown para asegurarse el triunfo en el clásico. Ese fue el tiempo que duró la ilusión de Nueva Chicago de dar la sorpresa frente al único líder de la Zona A de la Primera Nacional. Ese fue el tiempo que le demandó a Cristian Chávez meter tres goles, los primeros desde su vuelta al club, y convertirse en la gran figura del partido. Una noche histórica en Mataderos.

Así fue el primero de Almirante

Las diferencias entre un equipo y el otro se evidenciaron desde el inicio del encuentro. Más allá la jerarquía de los planteles, la mayor distancia entre ambos conjuntos fue en la actitud que mostró cada uno en el momento que Diego Ceballos tocó el silbato. El Torito fue un conjunto apático, que entró dormido y que nunca mostró un atisbo de reacción. Por su parte, La Fragata fue la antítesis de su rival: estuvo enchufado en todo momento, se topó con la apertura del marcador con facilidad y sentenció rápidamente el resultado.

El segundo de Cristian Chávez

Todas las miradas del derby se las llevó Chávez. El Negro, sin lugar en Independiente, tomó la decisión de volver a Isidro Casanova después de ocho años, no le tembló el pulso de bajar de categoría (ya lo había hecho hace unas temporada yendo a Brown de Adrogué) y ya empezó a pagar con goles. Primero, aprovechó la duda de Alan Minaglia para salir y desvió un centro de Diego García. Después, estuvo atento para empujar el rebote que dio el arquero local. Y por último, cabeceó en soledad para sellar el triplete y la victoria.

El triplete del Negro

En el complemento, Chicago se adelantó unos metros en la cancha aunque sin llegar con peligro. Así, Almirante se escapó de Tigre y de San Martín de Tucumán y, pese a que quedará libre la próxima fecha, no lo podrán alcanzar.

El Negro sí puede.

El Negro si puede.

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