Este fin de semana nos ha dejado bodas para todos los gustos, especialmente para los estándares de Instagram, que se ha rendido a eventos patrios como el enlace de Lucía Bárcena y Marco Juncadella en Pontevedra, para el que la novia eligió un sobrio vestido de corte clásico diseñado por Jorge Acuña. Pero sin duda a nivel internacional, la boda de Kitty Spencer ha sido el evento que más dará que hablar en los próximos días.

Y es que no solo se trataba del enlace de la sobrina más díscola de Diana de Gales, que recientemente ha sido desheredada por su padre, el conde Spencer, decidiendo que sea su hermano menor quien herede las propiedades familiares, sino que, y con la ausencia de sus primos William y Harry entre otras grandes ausencias, la joven aristócrata de 30 años ha elegido Roma para casarse con el billonario empresario sudáfricano Michael Lewis, de 62 años.

Vídeo. Lady Kitty Spencer: el estilo de la sobrina modelo de Lady Di

Comprometidos desde 2019 y tras afrontar varios retrasos como consecuencia de la pandemia, finalmente la pareja se dió el sí quiero este fin de semana en la capital italiana, concretamente en la Villa Aldobrandini, una mansión a las afueras de la ciudad que fue construida en 1566, y el despliegue estilístico fue tal que la novia llegó a cambiarse de vestido hasta 7 veces, todas ellas con creaciones exclusivas diseñadas por los italianos Dolce & Gabbana.

El vestido de inspiración victoriana fue hecho especialmente para la novia y estaba elaborado con delicado encaje blanco. Presentaba un cuello alto, mangas largas, hombros en pico y un corpiño con corsé, y culminaba en una falda de encaje con cola. Kitty combinó además el vestido con un espectacular velo de tipo catedral.

La novia, que tiene una larga historia de trabajo junto a
Dolce & Gabbana y es embajadora de la marca, recurrió al dúo de diseñadores italianos para todo su ajuar nupcial, que resultó en cinco looks más que lució durante la fiesta.

Después de la ceremonia oficiada en la capilla de la finca, la novia se cambió a un vestido de seda de organza doble pintado a mano adornado con flores y cristales para la cena. Luego se cambió por tercera vez, eligiendo un vestido de cóctel, también de Dolce & Gabbana bordado con cuentas plateadas y doradas.

La noche antes de la boda,
Kitty lució un vestido de tul celeste ilusión y una capa bordada con flores cosidas en cruz, y el día después de su boda, llevó su último look; un vestido mikado de seda con inserciones de calado, adornado con diminutas lentejuelas, apliques de flores de porcelana y cintas dobles duquesas.

«Para el vestido principal, quisimos mantener un corte limpio y bastante tradicional, pero que al mismo tiempo tuviera un encanto atemporal», explicaron Stefano Gabbana y Domenico Dolce, quien además agregó: «Todo fue muy natural y auténtico. Lady Kitty Spencer nos describió el vestido de sus sueños y hemos intentado interpretar sus deseos trabajando juntos».

Una de las inspiraciones que guió a los diseñadores fue definitivamente el amor de la novia por Italia. «Kitty está enamorada de nuestro hermoso país y de su rica historia, arte y cultura», asegura Dolce. «Pero también es una chica muy apegada a sus orígenes, a Inglaterra; a su herencia de la gran época victoriana. Y como todos los ingleses, tiene una gran pasión por todo tipo de flores», agregó Gabbana.

El resultado fueron cuatro vestidos de novia más, cada uno hecho a mano con aplicaciones increíblemente delicadas, telas impecablemente pintadas y las más delicadas telas; un vestido de tul sin tirantes de color azul claro con bordado floral y una capa liviana a juego, un vestido de dos tonos con hombros descubiertos y un faldón voluminoso pintado a mano y un lazo para ceñir la cintura, un vestido de encaje de manga corta, también con detalles florales en 3D y lazos, y un vestido dorado y plateado con delicados abalorios.

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