Desde el comienzo de la pandemia, iniciada como sanitaria pero profundizada como económica, aumentó la cantidad de vendedores ambulantes (feriantes) en Villa El Libertador.
La novedad es que si bien la mayoría sigue concentrado en la plaza 12 de Octubre, un grupo comenzó a instalarse en la manzana de la iglesia Nuestra Señora del Trabajo, e inclusive sobre las escalinatas.
En un tiempo, el lugar estaba reservado solamente para la feria de ropa de Cáritas, pero la situación social excede esa situación y es una decena de particulares instalados en la vereda ofreciendo sus artículos: en su mayoría ropa y tejidos de lana, pero otros comestibles o lo que tienen.
Lo que cuenta es hacerse de unos pesos para comprar los alimentos del fin de semana porque el lunes empieza otra historia. Muchos se ocupan de otras labores o siguen vendiendo en el centro.
Es el emergente de una realidad empobrecida, agudizada por las erráticas políticas oficiales para atacar el empleo, el desempleo y la maldita inflación que destruye el poder de compra de la gente, particularmente lo que no son asalariados y vieron reducir sus ingresos más de un 60%, según las mediciones.
Cada uno de los entrevistados manifestó contar con el consentimiento del cura Pablo de la iglesia para trabajar con la condición de evitar los conflictos, mantener la distancia social y usar los protocolos.
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