Mientras sigue siendo titular y pieza clave en el equipo, faltan apenas tres meses para que Rafael Santos Borré se vaya de River. La renovación de su contrato que vence a mitad de año hoy se ve como una quimera y el delantero colombiano analiza distintas propuestas que le llegan de distintos mercados para fichar como jugador libre.La más firme de todas ellas es la que le hizo el Gremio de Porto Alegre. Una propuesta de pre-contrato por cinco temporadas y por un salario que alcanzaría los dos millones de dólares anuales, además de una suma cercana a los seis millones al momento de la firma. Sí, una fortuna, incluso superior a la que el propio RSB rechazó en un principio del Palmeiras, aunque con un mismo intermediario metido en la negociación: André Cury, cazatalentos que trabajó mucho tiempo en el Barcelona y que ahora acercó también la propuesta del club gaúcho. Por estas horas, Borré y su agente trabajan para intentar que, en caso de aceptar la oferta, entre un resarcimiento económico a la Tesorería de River.

Borré, según su círculo íntimo, todavía no tomó una decisión final. Antes de hacerlo, quiere tener una charla con Marcelo Gallardo para aclarar sus ideas: el goleador del ciclo con 52 tantos tiene por el Muñeco admiración y gratitud por ser el hombre que relanzó su carrera cuando el delantero deambulaba por Europa sin lugar en el Atlético de Madrid, que lo cedió al Villarreal ni bien se lo compró al Deportivo Cali y que tampoco lo iba a tener demasiado en cuenta cuando River decidió invertir 3.500.000 euros en la mitad de su pase a mediados de 2017.

Ahora bien, ¿por qué es una quimera que Borré renueve en River? El CARP tuvo la posibilidad de no llegar a este punto de las negociaciones si ejecutaba la opción de compra del 25% de Borré por 3,5 millones de euros hace poco más de un año, algo que no ocurrió porque en ese momento el club no contaba con ese dinero. Y hoy la situación, entonces, es bastante más compleja. Aún cuando la CD de Núñez y el Aleti pudieran ponerse de acuerdo para financiar en cómodas cuotas ese monto de dinero preacordado como condición para que el delantero pueda renovar su contrato, la principal traba es una diferencia insalvable entre lo que River puede ofrecerle a Borré y lo que el delantero quiere ganar. Un valor del dólar que en el fútbol argentino está tan atrasado hace que en este caso el CARP no pueda ni competir contra cualquier otro mercado internacional: la propuesta que le hizo la dirigencia a RSB es muy buena para el contexto local, pero aún así ni se acerca a las pretensiones del delantero.

¿Por qué, entonces, Borré no renueva su contrato para ser vendido rápidamente, como sucedió en los últimos meses con Montiel, que tiene la promesa de ser transferido cuando aparezca una buena oferta por él en los próximos libros de pases? El problema, en este caso, es que el colombiano de 25 años sólo recibió una oferta en poco menos de cuatro años, del Celta de Vigo (otro de los clubes que se interesaron por él en estas horas). Y es que el punta no tiene pasaporte comunitario, lo cual no lo transforma en un jugador tan apetecible para un mercado europeo que, encima, está muy venido a menos desde que estalló la pandemia. Por caso, clubes como el Celta, la Lazio o el Feyenoord, otros interesados en la oportunidad que representa tener a Borré a mitad de año, no se acercan a las propuestas salariales que hicieron Palmeiras primero y Gremio después. San Pablo, que también lo tuvo en carpeta, admitió a través de su presidente en la semana que el goleador está fuera de su presupuesto. Así las cosas, es el equipo de Renato Gaúcho el que hoy está más cerca de contratar a Borré: en las próximas horas el 19 tomará una decisión final. Pero los hinchas de River ya lo empiezan a extrañar mientras gritan sus goles.

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