Todas las relaciones sentimentales comienzan siempre con unos meses en los que la intensidad, tanto emocional como física es muy alta. Cuántas veces hemos escuchado a nuestras amigas o vivido cómo los inicios de una relación siempre son emocionantes, apasionados y llenos de sexo.

Sin embargo, según van pasando los meses, el derroche de hormonas va reduciendo, y la intimidad va haciéndose más grande, pero ya no se limita a la física y a la química. Así que no es de extrañar que, muchas de nosotras, nos encontremos después de cierto tiempo en una relación seria pensando que las cosas ya no son cómo al principio y comparando vuestra vida sexual actual con la que teníais entonces.

La realidad es que las cosas pueden haber cambiado, ya no tenéis las hormonas completamente revolucionadas, las horas quitadas al sueño ahora sí que pesan en forma de cansancio, las responsabilidades en el trabajo, las tareas del hogar o los hijos no os dejan demasiado tiempo. Y el que os queda estáis tan cansados que preferís ver una película en Netflix tumbados en el sofá y la cama es para leer un poco antes de dormir. Nos pasa a todas cuando llevamos un tiempo en una relación y, sin embargo, también nos preocupa a todas que haya algo malo en nuestra relación porque tal vez estamos manteniendo pocas relaciones sexuales.

La cantidad ideal de sexo cuando estás en pareja

La primera pregunta más importante en estos casos es lo que consideramos poco o mucho sexo, quién decide cuál es la cantidad de sexo normal y aceptable y en qué nos basamos para poner ese baremo. No solo cada persona es un mundo, sino que cada pareja es completamente diferente y esas diferencias son extremadamente relevantes al plantearse cuánto sexo es normal para una pareja.

Algunas considerarán que hacerlo una vez al mes es más que suficiente, otras lo harán una vez a la semana y para otras será completamente impensable hacerlo menos de tres veces por semana. Habrá parejas que pasen por rachas mucho más activas en las que las relaciones sexuales sean casi diarias y por otras rachas en las que tal vez pasen meses sin tocarse.

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La cantidad de sexo ideal no pasa por lo que la sociedad, nuestras amigas u otras parejas crean que es adecuado, sino por lo que a nosotros como nos pareja nos funcione y nos haga sentir bien y cómodos. A lo largo de nuestras vidas pasamos por diferentes etapas, momentos en los que estamos mejor y momentos en los que estamos peor. Viviremos situaciones en las que nos sentiremos muy sexuales y otras en las que se trata de lo último en lo que estamos pensando. Una relación larga supone que la pareja pasa también por esos estadios y la vida sexual con ellos.

Las diferentes etapas de la vida afectan a nuestra actividad sexual

Muchas parejas vivirán momentos en los que están más cansados, o en la que tienen una sobrecarga de tareas en el trabajo y en el hogar. O, por el contrario, pasarán por momentos en los que los problemas laborales, el hecho de acabar de tener un hijo o vivir una situación de duelo dejé a un lado el deseo sexual durante un tiempo. También pasarán por fases en las que el deseo esté más activo que nunca, incluso más que al principio, y ambas fases son igual de adecuadas.

La cantidad ideal deberá pasarse en nuestras circunstancias personales, en nuestras circunstancias como pareja, en cómo nos sintamos o en las situaciones que estemos viviendo. El número, en estos casos, no es tan importante como el que estemos cómodos con la situación en la que nos encontramos. El hecho de mantener menos relaciones sexuales de las que hemos mantenido en otros momentos no tiene por qué ser algo negativo por sí mismo. No tiene sentido tener relaciones sexuales únicamente porque creemos que debemos tenerlas porque si no «no es normal» o porque otras personas digan mantener más.

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Si nuestra relación funciona, ambos estamos cómodos con la situación y no supone un problema para la pareja, no hay motivos para la preocupación. Es posible que se trate de una fase y en otro momento la vida sexual se reactive o, tal vez, ambos os sentís cómodo con esa frecuencia aunque sea diferente a la de otras personas.

Cuando la falta de relaciones sexuales afecta a la pareja

Otra situación diferente es cuando la falta de relaciones sexuales está afectándonos como pareja: bien porque uno de los dos querría aumentar la frecuencia y al otro no le apetece, bien porque esta situación lleva a los miembros de la relación a sentirse inseguros, etc. También estaríamos hablando de otro problema si la falta de relaciones sexuales es síntoma de algún otro problema en la relación sentimental.

En el primer caso, en el que la falta de relaciones sexuales afecta a la relación porque uno de los dos querría mantener más relaciones sexuales – o ha comenzado a sentirse inseguro debido a la falta de deseo de su pareja -, la solución pasa por hablar honestamente como pareja. Es importante que la pareja hable sobre los motivos por los que no están manteniendo relaciones sexuales y que la parte que desearía aumentar la frecuencia trate cómo se siente ante la falta de deseo de la otra persona. Es importante, también, que estas personas exploren si pueden llegar a un acuerdo con el que ambos se sientan cómodos o no.

Si esta situación supone un problema muy grave para la relación y ambas partes quieren intentar resolverlo pueden acudir a un terapeuta sexual que les dé pautas y les ayude a intentar equilibrar sus diferentes necesidades.

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En el segundo de los caso, la falta de relaciones sexuales puede deberse a otro tipo de problema en la relación. En estos casos, es importante que la pareja se plantee realmente por qué no están manteniendo relaciones sexuales, cuáles son las causas de su falta de deseo e intentan establecer cuál es el problema en la relación que les está afectando. En algunos casos este problema, una vez identificado, podrá resolverse y, con ello restablecer el deseo sexual. En otros casos, quizás el problema no pueda resolverse y, en ese caso, la pareja tendrá que tomar una decisión.

En cualquier caso, si este no es vuestro caso, si ambos estáis cómodos con la frecuencia de vuestras relaciones sexuales. Si, tal vez, sabéis que la frecuencia ha ido aumentando y decreciendo en otras ocasiones en base a vuestra situación personal. Si los dos sois personas con menos deseo sexual, o cualquiera sea el motivo por el que os sintáis a gusto con la frecuencia sexual actual, no hay motivos para preocuparse por hacerlo «poco». Lo único realmente importante es que la vida sexual que tengáis – sea más o menos activa que la media – os satisfaga a los dos, os sintáis cómodos y sea la adecuada para vosotros.

Imágenes | You’re the Worst, Masters of Sex, Sex and the City