Hay que remontarse a la Fecha 12 del Campeonato 2016/17 para encontrar un resultado que le sirva a Boca para pasar a las semifinales de la Copa Libertadores. En aquella oportunidad, en un partidazo, el Xeneize se impuso 4-2 a la Academia con un gol de Carlos Tevez (Lisandro hizo los de Racing). Fue también la última vez que Boca se impuso en este clásico. En los últimos años, la Acadé pisó fuerte también contra Independiente y San Lorenzo. No así River, su bestia negra especialmente en el contexto internacional. Los números, de cara al partido que se viene el miércoles, avalan el sólido andar del equipo de Beccacece, que intentará seguir transitando ese camino.

Racing llega a este partido de cuartos de final habiendo jugado cuatro como visitante. Está invicto. Ganó los tres de la zona de grupos y empató con Flamengo en el Maracaná. Arrancó su participación en la Copa ganándole 2-1 a Estudiantes de Mérida luego de estar perdiendo. En Lima jugó quizás el mejor partido de toda la Copa. Le ganó 2-0 a Alianza pero pudo haber goleado. Y en Uruguay, se tomó revancha de Nacional y le ganó 2-1 luego de haber perdido 1-0 en el Cilindro. Su verdadera prueba de fuego fue contra Flamengo…

Muchos no le daban crédito a Beccacece por haberse enfrentado a equipos menores. De hecho. Nacional había puesto suplentes porque estaba a punto de ser campeón del torneo local (lo terminó perdiendo con Rentistas). Fue en el Maracaná, entonces, en donde la Academia sacó chapa de equipo realmente duro. Tras el 1-1 en Avellaneda, fue a Brasil totalmente de punto. El poderío del actual campeón de América, con jugadores como Bruno Henrique, Pedro, Everton Ribeiro y Gabigol, amenazaba con romper la racha. No fue así. Sufriendo, los de BKCC se pusieron en ventaja con el gol de Sigali, lo aguantaron hasta el final y no ganaron la serie en los 180 minutos por un cabezazo de William Arao sobre la hora. En otra muestra de carácter, Racing se impuso 5-3 en los penales. Y llegó a esta serie con Boca.

«Quedan 100 minutos y todavía no conseguimos nada», avisó Beccacece, quien mantiene al límite la concentración de los jugadores. En Avellaneda no hay espacio ni lugar para la relajación. Lisandro tira del carro y lo siguen jugadores del tamaño de Marcelo Díaz, Darío Cvitanich y Leo Sigali. Son jugadores ya aplomados que guían a los más jóvenes. Saben de golpes y también de triunfos. «Haber ganado no significa nada», agregó Víctor Blanco. Lo bueno es que la Acadé sabe lo que es imponerse en la Bombonera. Las últimas dos veces que la pisó ganó 2-1 y 1-0. Y dicen que no hay dos sin tres…

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