Para contrarrestar la merma de fieles o para mitigar con el blanco y amarillo papal la iconografía urbana que cada 31 de octubre se viste de negro y anaranjado, varias diócesis del habla hispana promocionan Holywins
El término significa “la santidad vence” y es la versión pagana de Halloween. Comenzó en la diócesis de París en 2002, pero lo popularizó la diócesis de Alcalá de Henares, en 2009 y lentamente se difundió por el mundo hispanoparlante. 
Básicamente, los Holywins fans proponen que los disfraces de brujas, fantasmas y zombis se reemplacen por los de algún santo del altar cristiano.

En vez del famoso trick-or-treat (dulce o trato) de Halloween hay concursos literarios, artísticos y narraciones orales de la vida del santo que animan. Y desde luego también hay premio, fundamental si se quiere atraer a chicos de 3 a 12 años. 

En Argentina, aunque aún los festejos son bastante tibios, desde 2013 es habitual ver a pequeños beatas subiendo las escalinatas de la Catedral de San Juan, pero no el 31 sino el 1 de noviembre, el Día de Todos los Santos en el calendario litúrgico cristiano. Los sanjuaninos dicen incluso que la fecha es un buen día para los cotillones locales, en donde ya se venden más cruces, alitas, aureolas de ángeles y coronas de espinas que calabazas anaranjadas, calaveras y gorros de bruja. Y la epifanía mercantil son las túnicas de San José, la Virgen María, San Juan Bautista y San Francisco de Asís.
En la diócesis de Alcalá de Henares -hoy a cargo de Mons. Juan Antonio Reig Pla Obispo Complutense-, una suerte de Santo Sepulcro terrenal desde donde irradió la idea que fue bienvenida en todo el orbe cristiano, apuntan: “esta iniciativa pretende animar a romper el culto a la muerte y la exaltación de los monstruoso o feo que trae consigo, pues lo propio de los cristianos es celebrar el triunfo de la vida y promover la belleza y el bien. Frente a los disfraces de los muertos vivientes que llenan las calles de las ciudades los 31 de octubre, cada vez son más las diócesis que se suman a la celebración de Holywins para transmitir un mismo mensaje: la vida es hermosa y su meta es el Cielo, son muchos los que ya han llegado y todo estamos llamados a compartir su felicidad, puesto todos podemos ser santos». 

Por la pandemia, la festividad no se suspende, aunque en algunas ciudades se reemplazarán las procesiones físicas por misas y concursos virtuales.

La publicación nacional Valores religiosos -con guiño papal, fue lanzada por el presbítero Guillermo Marcó, actual director de la Pastoral Universitaria de Buenos aires– promueve la participación de los fieles argentinos: “Celebramos las vísperas de la fiesta de Todos los Santos, y cada santo es una verdadera estrella del Señor, que forman su corona de amor sobre nosotros. (…) Holywins propone celebrar a los santos por todos conocidos y también a los que vivieron en el anonimato. La iniciativa comienza el 31 de octubre, con la víspera de esta celebración, continúa el 1º de noviembre, fiesta de Todos los Santos y finaliza el 2 de noviembre, Día de Todos los Fieles Difuntos”, pontifican.

En este cronograma, Holywins también pretende distanciarse de Halloween, al menos en su versión mexicana en la que los deudos visitan las tumbas de sus seres queridos para hacer un banquete, conversar con ellos, cantarles y acompañarlos durante varios días y noches. 
Aunque su antítesis pagana, Halloween, tenga origen celta y una tradición arraigada en países anglosajones como Irlanda, Gran Bretaña Estados Unidos y Canadá, el día de Todos los Santos se celebra en todo el orbe desde que lo ordenó el Papa Gregorio IV, en el año 840. Al tratarse de una fiesta mayor en el calendario litúrgico, mereció una vigilia que los ingleses bautizaron “All Hallow´s Even” (Vigilia de Todos los Santos), término que se fue deformando en  “All Hallowed Eve”, “All Hallow Een” hasta que la sabiduría popular lo acuñó en “Halloween”, vaya Dios a saber porqué.