No deja de venirme a la mente el recuerdo de mi tía Olga durante mi estancia en el Massachusetts General Hospital en Boston. Ella trabajaba como ejecutiva en un afamado banco y por la tarde noche ayudaba con la contabilidad de la empresa de su marido. Terminaba a altas horas y a la mañana siguiente era la primera preparando el desayuno. ¡Yo empezaba en el hospital a las 5:15 de la mañana! Apenas dormía cuatro horas y eran frecuentes las cabezaditas de segundos en las que caía traspuesta.

Se había acostumbrado en la campaña presidencial que vivió, mano a mano, con el candidato demócrata Michael Dukakis y en la que resultó elegido George Bush como presidente. Los políticos duermen poco en general, Donald Trump presume de dormir cuatro horas igual que Angela Merkel o la desaparecida Margaret Tacher. Asegura que alguien que duerma 12 horas no puede competir con él y religiosamente se levanta casi todos los días sobre las cinco de la mañana.

La conocida con el nombre de «inercia del sueño» es un periodo de tiempo en el que las capacidades cognitivas se encuentran disminuidas en algunas personas cuando se despiertan. Lentitud en los movimientos, pérdida de reflejos o descoordinación, dificultad para concentrarse o memorizar, alteración del habla, del humor, etc. Son algunos de sus síntomas. Este fenómeno puede durar desde minutos hasta incluso una hora en algunas personas.

Complicaciones

El problema se pone de manifiesto de manera más intensa cuando es necesario realizar una tarea de precisión nada más levantarse. Conducir un vehículo, el personal que atiende urgencias, etc. También puede presentarse durante la etapa escolar o universitaria dificultando la atención en las clases de primera hora. ¿Quién no ha oído la expresión: no soy un ser humano hasta que no me tomo un café a media mañana? En el año 2010 la investigación de un accidente aéreo que sucedió en la India llegó a la conclusión que 158 personas fallecieron debido a este fenómeno que sufrió uno de los pilotos.

Los expertos recomiendan alejarse de teléfonos, tabletas, televisores y ordenadores a la hora de conciliar el sueño

La causa principal, como nos podemos imaginar, es haber tenido un descanso nocturno insuficiente. El insomnio es un tema aparte, que no vamos a tratar por qué sería demasiado extenso. Pero puede haber otras causas. Todos los expertos recomiendan alejarse de teléfonos, tabletas, televisores, ordenadores a la hora de conciliar el sueño. La simple luz que emiten estos aparatos se ha demostrado que reduce la producción de melatonina que es una hormona que genera nuestro cuerpo y que participa en la regulación de nuestros ciclos biológicos, entre ellos el sueño nocturno. La inercia del sueño resulta mayor cuanto más profunda es la fase en la que se despierta.

Curar la enfermedad

Hay personas que tienen pausas de la respiración de duración y frecuencia variables que se producen durante las fases profundas del sueño. Se conoce esta enfermedad como síndrome de apnea-hipopnea del sueño (SAHS). Estas pausas pueden condicionar una disminución en el aporte de oxígeno a los tejidos así como una retención de CO2 y otras consecuencias a largo plazo como la sobrecarga del aparato cardiorespiratorio, cansancio diurno, mayor probabilidad de padecer accidentes, dificultad para concentrarse, dolor de cabeza o disminución de la libido, entre otras. Si su pareja o cualquier persona que duerma cerca de usted observa que ronca en exceso, deja de respirar durante la noche y se levanta con inercia del sueño, consulte con un especialista.

Lógicamente, hay que procurar descansar de manera adecuada, consumir bebidas con cafeína, elevar la iluminación, lavarse la cara, elevar la intensidad del sonido en la habitación o abrir las ventanas para que baje la temperatura y, por supuesto, evitar tener que realizar actividades que requieran de una máxima concentración inmediatamente después despertarse.

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