Alberto Fernández dijo que «acá no hay odio ni rencores» y aseguró que «lo que hay es ganas de poner de pie a la Argentina y para siempre». Así cerró su discurso en el acto de conmemoración del Día de la Lealtad que se llevó a cabo en la sede de la CGT.

El Presidente afirmó que su gobierno «está al frente de la recuperación» de Argentina, aseguró que “no claudicará” en sus convicciones y llamó a “la unidad de todos” para superar la crisis que originó la pandemia.

Dijo que su gestión empezó «un tiempo distinto, de reconstrucción» y afirmó: «Me toca a mí ponerme al frente de ese barco». «Estoy orgulloso, porque estoy seguro de los intereses que represento», aseguró el mandatario.

Al comenzar su discurso, Fernández afirmó que el 17 de octubre “la historia cambió para siempre” en Argentina, donde hay «una parte de la sociedad que le deseó el mal a quienes reclamaban un lugar en la sociedad”.

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