“Tranqui, tranqui, ya vamos a la cama”, le dice Jessica del Milagro Ortiz a su hija Mía, mientras la sostiene en brazos. Mía perdió el habla y solo se comunica con balbuceos. Alterna los brazos de mamá, con la cama. Es todo el tiempo así. Las 24 horas del día. “A la noche le cuesta dormirse, desde que empezó a estar mal”, cuenta Jessica, jefa de hogar con tres menores a cargo.
La tía de Mía cuenta que en la entrevista con el noticiero de canal 8 “Mía se largó a llorar porque ella siente y entiende todo”.
No fue fácil hacer esta nota. El estado de Mía conmueve. Duele ver el contraste: fotos de Mía de hace un mes y medio atrás haciendo vida normal, y la Mía frágil y enferma de ahora en brazos de su madre o postrada en la cama sin control sobre su cuerpo. Dependiendo de un tercero para vivir.
La Décima había presentado este caso el 9 de agosto con una nota titulada “Salvemos a Mía”. Pero hoy martes 17 de agosto, estuvimos en la casa de la familia, en Cajamarca y Cumbre del Perchel, entre Villa El Libertador y Santa Isabel.
Jessica cuenta los comienzos. “El 31 de enero, empezó con dolores de cabeza muy intensos y la dejaron diez días internada hasta que lograron calmarlos. Allí le hacen una resonancia y descubren un tumor tronco cerebral de 43 milímetros”. Prosigue: “Salió muy bien del alta, en febrero empezamos los trámites para la quimio, a las cuatro semanas empezó radioterapia, fueron cinco días de rayos intensos, perdió el pelo, tuvo vómitos y mareos, fueron días bastantes feos pero lo fue superando”.

“El retroceso de Mía se produce en julio cuando la obra social nos deja sin medicación para las quimios, en tres días dejó de hablar, de mover manos y piernas, no se podía sentar”, cuenta Jessica, quien tuvo que dejar su trabajo como empleada de limpieza para dedicarse a Mía. “El médico me dijo que esto podía ser por la falta de quimio y medicación o porque el tumor crece”. El nombre de la obra social es Boreal.
“El tumor que tiene no se puede operar pero va afectando su corazón, respiración y psicomotriz”, apunta su mamá, quien ante las bajas expectativas de vida que le dieron aquí empezó a averiguar de otros casos similares hasta que dieron con la familia de Delfina, otra niña de Villa María con igual diagnóstico.
“El papá nos cuenta del tratamiento en Estados Unidos que consiste en quimioterapias con otra medicación que le puede salvar la vida”, reseña Jessica. “Hemos charlado con familias de niños que lo hicieron y superaron el cáncer. Hablamos con una chica de 20 años, de Bell Ville, llamada Celeste que hace diez años hizo el tratamiento allá y está bien”, relata la mamá de Mía.

El tratamiento tiene un costo de 350 mil dólares. Para costearlo, la familia de Mía inició una cruzada solidaria para recibir donaciones a través de la apertura de una cuenta bancaria cuyo CBU es: 0200931911000020433608
El 13 de setiembre, Mía será sometida a una nueva resonancia para determinar la evolución del tumor.
La entrada “Estoy luchando para que Mía vuelva a ser la niña de antes” se publicó primero en LaDecima.
 
            



