Hacer ejercicio no solo es cuestión de lucir tipazo en verano, también es una inversión a largo plazo para tu salud. Moverte a diario mejora la circulación, fortalece el corazón, reduce el estrés y te ayuda a dormir mejor. Incluso unos minutos al día pueden marcar la diferencia, y lo mejor es que no necesitas un gimnasio para empezar a notar sus beneficios.
Además, si hablamos de peso saludable, el ejercicio es tu mejor aliado. No solo quema calorías, sino que mantiene activo tu metabolismo, evitando que se vuelva perezoso. Junto con una alimentación equilibrada, ayuda a prevenir el temido efecto rebote y a conservar tu masa muscular, que es clave para gastar más energía incluso estando en reposo. En resumen: moverte es una póliza de seguros para tu bienestar.
La rutina fácil y rápida que puedes hacer en casa
La buena noticia es que no necesitas aparatos, pesas ni mucho espacio para mantenerte en forma. Solo unos metros cuadrados en tu salón y ganas de moverte. Estos cinco ejercicios, si los haces con constancia, te ayudarán a mantener tu peso y a fortalecer todo el cuerpo. Olvídate de excusas: la constancia pesa menos que la culpa de no hacerlo.
Lo ideal es realizar esta rutina al menos cuatro veces por semana. Haz tres series de cada ejercicio, con 12 a 15 repeticiones en cada una. Entre series, descansa entre 30 y 60 segundos. Si eres principiante, empieza con menos repeticiones y ve aumentando poco a poco. En total, no te llevará más de 20 minutos, así que no hay excusa para no incluirla en tu día.
1. Sentadillas: este clásico nunca pasa de moda. Las sentadillas activan piernas, glúteos y abdomen, ayudando a quemar calorías y a fortalecer los músculos más grandes del cuerpo, lo que incrementa tu gasto energético diario. Además, mejoran tu postura y tu movilidad. Cuanto más firmes estén tus piernas y glúteos, más fácil será mantener un peso saludable y prevenir lesiones.
2. Plancha: parece un descanso, pero no lo es. La plancha trabaja el core (abdominales, lumbares y oblicuos) y estabiliza tu postura. Un abdomen fuerte es clave para moverte mejor y evitar dolores de espalda. Al mantener la tensión en todo el cuerpo, quemas calorías incluso sin moverte, y mejoras tu resistencia muscular de manera notable.
3. Zancadas: este ejercicio pone a prueba tu equilibrio y fortalece piernas y glúteos. Al implicar varios grupos musculares, ayuda a mantener el metabolismo activo, algo esencial para no acumular grasa. Además, mejora la coordinación y la movilidad de cadera, lo que te hará más ágil en tu día a día. No te olvides de alternar las piernas para que el trabajo sea equilibrado.
4. Flexiones: las flexiones fortalecen pectorales, tríceps, hombros y core, implicando también la estabilidad corporal. Al trabajar varios músculos a la vez, son muy efectivas para quemar calorías y tonificar la parte superior del cuerpo. Si te cuesta, puedes apoyarte en las rodillas hasta ganar fuerza, pero vete incrementando la dificultad cuando te sientas preparada.
5. Jumping jacks: este ejercicio cardiovascular eleva tus pulsaciones, mejora tu resistencia y te ayuda a quemar calorías rápidamente. Al mover brazos y piernas al mismo tiempo, activas todo el cuerpo y favoreces la circulación. Son perfectos para incluir al final de la rutina y dejar al metabolismo en modo combustión incluso después de terminar.
Por supuesto, hacer ejercicio es solo una parte de la ecuación. Para mantener un peso saludable y sentirte bien, es fundamental comer de manera equilibrada, evitando ultraprocesados y exceso de azúcar, y dormir lo suficiente para que tu cuerpo se recupere. Recuerda: entrenar sin cuidar la alimentación y el descanso es como remar con un solo remo, avanzas, pero mucho más lento.







