Sara Flamenco

Paula Echevarría, actriz, modelo e icono de estilo, lleva años demostrando que la constancia es su mejor secreto. A sus 48 años, sigue brillando en la pantalla y en las redes sociales, donde comparte no solo looks impecables sino también su filosofía de vida. Para ella, el cuidado del cuerpo es un equilibrio entre disciplina y disfrute: una alimentación saludable, variada y consciente que acompaña a su día a día.

El deporte es otro de los pilares fundamentales en su rutina. Paula combina ejercicios de fuerza, cardio y entrenamientos funcionales para mantenerse activa y enérgica, siempre con la sonrisa que la caracteriza. Sus seguidores son testigos de esa constancia que la convierte en ejemplo de motivación. Y por si fuera poco, recientemente ha sumado una nueva rutina deportiva a su vida: el ballet workout.

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Qué es el Ballet Workout, el secreto de Paula Echavarría para estar increíble

El ballet workout es una disciplina que mezcla la elegancia del ballet clásico con la exigencia del entrenamiento fitness. No se trata de aprender coreografías de danza, sino de tomar sus movimientos más característicos y convertirlos en ejercicios accesibles para todos los niveles. Paula Echevarría se ha apuntado a esta tendencia de la mano de Yasmina Sancayo, fundadora de Ballet Sporty Club y su entrenadora personal en esta nueva aventura deportiva.

Las sesiones combinan pliés, relevés y arabesques con ejercicios de tonificación y control postural. Aunque a primera vista parecen movimientos suaves, exigen concentración y fuerza. Paula, que siempre se ha mostrado abierta a probar nuevas disciplinas, asegura que este tipo de entrenamientos la mantienen motivada, ya que cada clase es diferente y reta tanto al cuerpo como a la mente sin perder ese toque de gracia y feminidad.

El trabajo muscular en el ballet workout es sorprendentemente completo. Involucra piernas, glúteos, abdomen, brazos y espalda, siempre con un enfoque en la corrección postural. Paula cuenta que al principio sentía músculos que no recordaba tener, pero esa es precisamente la clave: ejercitar zonas que muchas veces se descuidan en rutinas más tradicionales. No es solo sudar, es moverse con precisión y control, algo que marca la diferencia.

Después de su segundo embarazo, en el que llegó a engordar 30 kilos, Paula empezó a practicar ballet workout. Para entonces ya había perdido casi todo el peso ganado, pero confesaba que su cuerpo estaba flácido y sin apenas musculatura. Este entrenamiento le permitió recuperar firmeza y definición de una manera distinta y entretenida, demostrando que a veces no se trata de cuánto pesas, sino de cómo te sientes dentro de tu propia piel.

Los beneficios del Ballet Workout

El ballet workout no solo es tendencia por su estética elegante, también por los beneficios que aporta a quien lo practica. Una de sus grandes ventajas es la mejora de la postura: al basarse en la técnica del ballet clásico, ayuda a alinear la columna y a ganar conciencia corporal. Esto se traduce en menos dolores de espalda y en una silueta mucho más estilizada, algo que engancha desde las primeras clases.

Otro beneficio evidente es la tonificación muscular. Aunque no se manejen grandes cargas de peso, los ejercicios isométricos y de resistencia hacen que brazos, piernas, glúteos y abdomen trabajen intensamente. El resultado es un cuerpo firme y definido, con músculos alargados y estilizados en lugar de voluminosos. Además, la práctica constante favorece la resistencia física y la coordinación, mejorando el rendimiento en otras actividades deportivas.

El ballet workout también tiene un efecto positivo en la mente. Al requerir concentración y control de cada movimiento, funciona casi como una meditación activa. Reduce el estrés, mejora la autoestima y genera una sensación de bienestar general. Y lo mejor es que no hace falta ser bailarín para disfrutar de todo esto: cualquier persona puede adaptarse al ritmo y descubrir lo gratificante que resulta entrenar con gracia y disciplina.

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