La Copa Libertadores Femenina se consolida como la principal competencia de clubes femeninos en Sudamérica y como una plataforma clave para el desarrollo y la profesionalización de jugadoras y equipos. Su crecimiento sostenido se refleja no solo en el nivel deportivo, sino también en la organización, la infraestructura y el impacto económico.
Por primera vez en la historia, todos los partidos del torneo contaron con VARdesde la fase de grupos, utilizado en 15 de los 24 encuentros iniciales. Además, al igual que en el fútbol masculino, las futbolistas realizaron la entrada en calor en la cancha principal, algo que no solía suceder.
En materia económica, cada club participante recibió 50.000 dólares, mientras que el campeón se llevará 2 millones, el subcampeón 600.000 y el tercer puesto 250.000. Un premio récord que acompaña el crecimiento deportivo.
Proyección internacional y futuro del torneo
El torneo continental se consolida como una vía de acceso a la élite mundial del fútbol femenino. En 2026 se disputará por primera vez la Copa de Campeones Femenina de la FIFA, con los seis campeones continentales. En 2028, la región tendrá dos cupos en la Copa Mundial Femenina de Clubes.
En paralelo, se trabaja en un nuevo formato para 2027 con el objetivo de fortalecer la competitividad y el espectáculo. Con estos avances, la Libertadores Femenina se afianza como uno de los motores del crecimiento de este deporte en la región.
La gran final: Corinthians vs. Deportivo Cali
La definición del torneo será el sábado 18 de octubre a las 16:30 en el Estadio Florencio Sola. Deportivo Cali jugará por primera vez una final continental, mientras que Corinthians llega como vigente campeón y gran referente del fútbol femenino sudamericano.
Esta será la sexta final entre equipos brasileños y colombianos en 17 ediciones del certamen y la cuarta de las últimas seis. El historial favorece ampliamente a Brasil, que se impone por 5 a 1, con la única excepción de 2018, cuando Atlético Huila sorprendió al Santos.