Victoria’s Secret resurge en Nueva York con Adriana Lima y Alessandra Ambrosio: el ritmo latino de Karol G y la nueva era de la inclusión

Diego Rueda



Publicado · 16 de octubre de 2025, 09:32 h

Nueva York vuelve a teñirse de rosa para dar paso a los ángeles con los que soñamos cada año. Tras un largo descanso desde 2018, el año pasado las alas más famosas del mundo regresaron a la pasarela, conjugadas con la lencería más icónica. El desfile de Victoria’s Secret es un sueño —mires por donde lo mires—, una fantasía de la que uno no quiere despertarse jamás. Y no se trata de una pasarela cualquiera, como las que disfrutamos en la Semana de la Moda de Milán o en el reciente debut de Matthieu Blazy para Chanel.

Cabe destacar que Victoria’s Secret ha experimentado una gran evolución. En sus últimas ediciones antes del parón, la firma parecía haber perdido brillo; sin embargo, ahora apuesta por un casting mucho más diverso y contemporáneo. Este nuevo desfile reúne nombres legendarios como Adriana Lima, Candice Swanepoel, Lily Aldridge y Gigi Hadid, un auténtico lujo para los nostálgicos de los ángeles de siempre. Pero también incorpora modelos curvy que reflejan la transformación de la industria del modelaje, como es el caso de Ashley Graham.

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No podemos olvidar que Adriana Lima colgó sus alas en 2018 con una emotiva despedida que repasaba casi toda su carrera como uno de los principales ángeles de Victoria’s Secret. Aquel dulce adiós no fue definitivo: la top model brasileña, hoy con 44 años, regresó el año pasado y repite ahora en Nueva York. Un auténtico placer ver cómo una firma de lencería vuelve a escena con las modelos que ayudó a descubrir y catapultó hacia el estrellato.

Además, el nuevo director creativo ejecutivo, Adam Selman, ha dejado claro que, como parte de la estrategia de renovación de la marca, el desfile se ha dividido en diferentes capítulos, todos articulados en torno al concepto del «día a la noche», comenzando con la mañana y culminando con etiqueta de gala. El diseñador también ha compartido su visión respecto a la inclusión de tallas, un aspecto que ya impulsó durante su etapa al frente de Savage x Fenty, y que durante años fue una de las grandes asignaturas pendientes de Victoria’s Secret —un problema que, de hecho, contribuyó a su caída en 2019—.

Antes de comenzar el show, la pink carpet acaparó todas las miradas con estilismos en clave sensual, aunque también hubo espacio para vestidos lenceros y blazers oversize. Sarah Jessica Parker, Jessica Stam, Alton Mason, Brittney Spencer, Indya Moore, Jessica Wang e incluso la princesa helena, Olympia de Grecia, no quisieron perderse uno de los espectáculos más importantes del mundo de la moda.

Sensualidad y el poder de Karol G en la pasarela

Maddison Beer inauguró el primer segmento con un grupo de baile al más puro estilo Moulin Rouge, con abanicos de plumas y puro sensualismo. Algunos de los temas que han marcado la pasarela fueron «Make You Mine» y «Yes Baby». Uno de los momentos más emocionantes fue ver a la modelo Jasmine Tookes desfilar con unas alas de brillantes y un look íntegramente confeccionado con cristales, y lo más impresionante es que lo hizo embarazada.

La nueva colección Pink de Victoria’s Secret desfiló con aires de los años 2000, recordándonos a películas como Mean Girls, pero también a looks que podrían llevar artistas como Rosalía. ¿Chándal con tacones? Todo es posible en esta nueva era de la firma de lencería. Los estilismos más deportivos, reinterpretados en clave fancy, sorprendieron con ese aire college y juvenil. Este segmento fue amenizado por el grupo de K-Pop coreano TWICE, marcando la primera vez que un grupo femenino de este estilo musical debuta en el show de los ángeles.

Lo mejor de la noche fue Karol G, enfundada en un mono rojo con de transparencias y brillantes, un estilismo que realzaba su figura sobre la pasarela. Bella Hadid, una de las modelos más populares, abrió el desfile con un look de lencería rojo muy sexy, que hizo que el público no dejara de emocionarse. Como dice una de las canciones de la colombiana, «esto es un escándalo», y no le faltaba razón.

En este segmento, el rojo fue el claro protagonista, presente en estilismos con lentejuelas, monos con semitransparencias, capas etéreas y todo tipo de brillos. La caminata de las modelos se ajustaba a la perfección a esa atmósfera cargada de poder femenino y sensualidad, todo al ritmo de «Latina Foreva» de Karol G. Sin duda, este fue uno de los segmentos donde se percibió que el público lo dio todo, dejándose llevar tanto por los impactantes looks como por la energía de la música.

Los vestidos de fiesta también han sido un enfoque interesante para la marca, especialmente aquellos que jugaban con la ropa interior visible, aunque no faltaron otros diseños que perfectamente podrían brillar en una alfombra roja. Al mismo tiempo, tampoco han faltado piezas que cualquier mujer real podría llevar para dormir, siempre en clave sexy y femenina. ¿Se puede pedir algo más?

Victoria’s Secret ha celebrado la diversidad sin olvidarse de sus orígenes. Muchos han definido el desfile como divertido y sexy, y no les falta razón. La combinación de buena música y un casting de modelos muy potente —destacando la presencia de las hermanas Hadid e Irina Shayk— eleva aún más este tipo de shows, cuya expectación es máxima cada año. Ahora, nuestros ángeles cuelgan las alas para esperar un año más hasta volver a desplegarlas sobre la pasarela.

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